Las niñas no fabulan y su relato es creíble; además presentan las mismas secuelas que las víctimas de abusos sexuales y precisaron asistencia psicológica para recuperarse una vez destapado el caso. Este es el resumen de las declaraciones que prestaron ayer los peritos judiciales en el juicio que celebra la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo contra una pareja acusada de atentar contra la libertad sexual de una sobrina del varón cuando tenía 13 años y de una amiga de ésta de 14 en Redondela, hace ya tres años.

Frente al relato del tío de la menor y de su pareja, que la víspera alegaron que la denuncia se había presentado por "venganza" , los peritos judiciales niegan que se trate de una fabulación y dan credibilidad al relato de la dos adolescentes. Algunos expertos ratificaron en la sala las secuelas que todavía padecen -ansiedad y actitud de ira y rebeldía- y la ayuda psicológica que precisaron.

Aunque el juicio se celebra a puerta cerrada para preservar a ambas menores, fuentes jurídicas explicaron que tanto los policías como los expertos judiciales consideran que el relato de ambas es verosímil, lógico y plenamente creíble en lo que se refiere a las situaciones vivieron tanto de forma individual como conjunta.

La madre de la menor y hermana del acusado testificó ayer ante el tribunal durante más de una hora. Al igual que su exmarido y padre de la niña, apoyan a su hija y no duda de que dice la verdad. De hecho, presentó la denuncia en cuanto se enteró de lo que ocurría. El caso se destapó cuando la niña se lo contó a la madre de una amiga porque no sabía como poner fin a aquello.

La defensa, sin embargo, considera que hay contradicciones en los relatos de ambas y que mientras la sobrina relata cinco hechos concretos, su amiga solo tendría conocimiento directo de uno y en los demás actúa como testigo de referencia.

Al parecer, se admitirían que algunos de los hechos denunciados habrían tenido lugar, si bien de forma distinta a como los relatan las víctimas pues los acusados estiman que fueron "consentidos" por ellas.

J.M.D., tío de la víctima, se enfrenta a penas que suman 15 años de prisión por un presunto delito de exhibicionismo y provocación sexual y otro continuado contra la libertad sexual con violación incluida. Su compañera se enfrenta a 9 meses de cárcel al atribuírsele sólo el delito de exhibicionismo, porque según el fiscal la pareja mantuvo relaciones sexuales en presencia de ambas menores, a las que habrían incitado a participar en un trío.

Los hechos tuvieron lugar entre febrero y junio de 2009. J.M.D., condenado por la Audiencia Nacional por un gran alijo marítimo de cocaína intervenido al clan arousano de "Los Peques" en 1997, salió de prisión y se fue a vivir a casa de su hermana, madre de la menor, en Redondela. La niña residía con su padre pero acudía a casa de su madre los fines de semana que le correspondían. El fiscal pide también 20 años de alejamiento para que el tío no pueda comunicarse con su sobrina y 6.000 euros por daños morales.