Una septuagenaria fue hallada ayer muerta a martillazos en su casa de Ourense. Todos los indicios apuntan a que la muerte violenta de Dolores Rodríguez Míguez, de 77 años que fue hallada sin vida por una de sus hijas, es la consecuencia trágica de una relación familiar turbada por la personalidad problemática de Luis Pérez Rodríguez, un joven de 29 años, presunto autor del crimen familiar, que pasó a depender de sus abuelos tras el fallecimiento prematuro de su madre cuando todavía era adolescente. El sospechoso, con un historial de antecedentes policiales y penales por delitos de robo, preso de una fuerte adicción a las drogas, mató presuntamente a martillazos a la septuagenaria, con la que convivía sin nadie más desde que la señora enviudó hace unos tres años. La causa del crimen que barajan los investigadores es la de una discusión por motivos de dinero. La Policía busca al presunto homicida en un Renault Megane a su nombre.

Todo apunta a que el nieto la golpeó varias veces en la cabeza, la envolvió en una alfombra y ocultó el cadáver debajo de una mesa del comedor del 5º Derecha, en el número 2 de la céntrica calle Concejo, donde ambos compartían vivienda. El cuerpo sin vida de la mujer, descubierto a media mañana de ayer, presentaba signos de que el fallecimiento se produjo entre 24 y 48 horas antes. Ningún vecino de la planta ni del piso superior oyó ruidos. Sin embargo, las discusiones a gritos y el carácter problemático del presunto homicida, que al parecer llegó a estar en prisión, eran secretos a voces en el inmueble.

Su camiseta, ensangrentada

Dos indicios orientaron a los especialistas policiales hacia el rastro del nieto. El cuerpo sin vida de la señora yacía bajo la mesa del comedor con la cabeza colocada sobre una almohada, una señal que dirigió desde un primer momento las averiguaciones al entorno familiar.

Otro descubrimiento causó más sorpresa a los investigadores. La Policía Científica localizó restos de pelo que podrían pertenecer al joven. Según las fuentes consultadas por FARO, el joven habría optado por cortarse el pelo y modificar su aspecto para tratar de pasar desapercibido en su huida. Charo Fernández, la vecina del piso inmediatamente superior afirmó haber visto al sospechoso el martes en el ascensor tras dejar el coche mal aparcado en la calle al pie del portal del inmueble. No obstante, la testigo no apuntó nada sobre un supuesto cambio de imagen del joven.

Además, la Policía recogió una camiseta del presunto homicida que estaba manchada de sangre, cerca del cadáver. Los investigadores no han encontrado, según las manifestaciones recabadas ayer, indicios claros de que el nieto hubiera robado algo a la anciana antes o después del crimen. No era la primera vez que le pedía dinero a la víctima, por lo que el móvil económico está muy presente para los encargados de resolver el caso.

El cuerpo sin vida de Dolores Rodríguez fue introducido en el furgón forense en torno a las dos de la tarde después de que el juez de guardia ordenara el levantamiento del cadáver.

La autopsia se realizó en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). En torno a las cuatro de la tarde, efectivos de la Policía Científica y de la Policía Judicial abandonaron el domicilio donde tuvo lugar el crimen tras finalizar la inspección. Los esfuerzos se centran en dar cuanto antes con el nieto y presunto homicida. Fuentes del caso dijeron a FARO que el sospechoso fue visto ayer mismo por la mañana en Ourense. Al cierre de esta edición no había sido localizado.