Un hombre de 51 años natural de Noia (A Coruña) se quitó ayer la vida en Las Palmas de Gran Canaria después de asesinar presuntamente a su hijo pequeño, de diez años de edad, de tres puñaladas como venganza hacia su exmujer, también gallega. El suceso ocurrió en la calle Masca en Los Llanos (Vecindario), donde el supuesto asesino le prendió fuego a su coche –un Nissan Primera– y lo estrelló contra una rotonda justo enfrente de la casa de su expareja, de la que llevaba separado más de cinco años y con la que tenía otro hijo de 17 años. Dentro del vehículo, además de encontrarse su cuerpo carbonizado, se halló el de su hijo con las marcas de haber sido acuchillado. El arma supuestamente utilizada estaba en el coche. Este crimen vuelve a sacudir a la localidad de Noia, de donde también era natural Mónica Juanatey, la mujer que mató a su hijo de 9 años en Menorca.

El 112 fue el primero en recibir la alerta. Eran las seis de la mañana y una vecina avisaba de que un vehículo había volcado en una rotonda de la calle Masca y estaba ardiendo. En un primer momento, los servicios de emergencias pensaban que era un accidente. Sin embargo, los testimonios de vecinos, las historias que contaba la madre y el hallazgo de las marcas de arma blanca en el cuerpo del pequeño, cambiaron el panorama del siniestro.

Francisco Javier B. C. había decidido suicidarse y con él se llevaba a Daniel, su hijo pequeño. Todo para vengarse de su exmujer, Isabel A. G., que se había separado de él hacía cinco años tras iniciar una relación con otra persona y que le había denunciado varias veces por maltrato y por no pasar la pensión para sus dos hijos.

El suceso, según los vecinos, comenzó a horas muy tempranas. Francisco Javier llenó el tanque de gasolina del coche y se presentó en casa de su exmujer, donde le dijo a través de la puerta, tras golpearla repetidas veces, según pudo escuchar una vecina, "asómate para que veas lo que voy a hacer". A continuación, bajó a la calle, abrió el maletero y le prendió fuego, se montó en el vehículo, dio la vuelta y se estampó contra una rotonda ubicada enfrente de la casa, donde volcó con el coche ya convertido en un infierno de hierro y llamas. Los forenses tratan de averiguar ahora si el pequeño Daniel ya había muerto a causa de las puñaladas o si falleció abrasado en el interior del coche, pero la principal hipótesis es la primera.

Un vecino, al escuchar el ruido del accidente y las alarmas de los coches, salió de su casa e intentó auxiliar a las personas que había dentro, pero no pudo abrir ninguna de las puertas. Al lugar llegaron dos camiones y un todoterreno del parque de bomberos , tres ambulancias del Servicio de Urgencias Canario, así como agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local, que acordonaron la zona.

Los sanitarios, tras la extinción del incendio, confirmaron que padre e hijo habían fallecido. En ese momento, comenzaron las labores para extraer los dos cuerpos del interior del vehículo, tarea que se alargó hasta las 11.45 horas porque agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil y la juez del Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana comenzaron la investigación para esclarecer los hechos. Así, los forenses analizaron de manera preliminar los cuerpos cuando todavía se encontraban en el interior del vehículo. En la casa del padre se hallaron restos de sangre, presumiblemente del menor. El pequeño fue definido ayer por los vecinos como "un encanto", "un sol". Residentes dijeron que el padre solía discutir con el hijo "por la Play Station".

"El padre se llevó a mi hijo; él lo ha matado"

Isabel A. G. no podía contener ayer las lágrimas. Su exmarido había matado a su hijo de diez años como venganza contra ella por separarse de él hacía cinco años. Los sanitarios tuvieron que sedar a la mujer nada más llegar al lugar porque sufría un ataque de nervios. Cuando se levantó el cerco policial y algunos vecinos amigos suyos pudieron acercarse a consolarla les dijo arrasada en lágrimas: "El padre se llevó a mi hijo, él lo ha matado".

La conmoción entre la gente de Los Llanos era total ayer por la mañana. Un nutrido grupo de personas permanecían en la zona del accidente, hablaban entre ellos y miraban las operaciones de rescate de los cuerpos.

Isabel, tras ser calmada, se mantuvo sentada en la acera al lado de su pareja, que no dejaba de consolarla. En varios momentos de la mañana, una psicóloga del Servicio de Urgencias Canario (SUC) se acercó hasta ella. Su primer hijo, de 17 años, que estaba en la casa cuando ocurrió el siniestro, fue trasladado por otro psicólogo para ser atendido y para que no viese lo que sucedía. Él no quiso irse con su padre de vacaciones cuando éste fue a llevarse a Daniel el viernes. El pequeño de la familia iba a pasar todo el mes de julio en casa de su padre, lo que el mayor rechazó para quedarse con su madre.

Amenazas de muerte

Francisco Javier B. C. fue condenado en 2007 a alejarse de su mujer e hijos por amenazas de muerte contra ella. Una sentencia del Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1 de San Bartolomé de Tirajana le prohibió acercarse a su pareja a menos de 500 metros, comunicarse con ella o aproximarse a su domicilio. La medida de alejamiento expiró en marzo de 2008.