Una investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil a clínicas veterinarias de Vigo para comprobar si el proceso de destrucción de los cadáveres de animales muertos era correcto derivó en el hallazgo en As Neves de una planta irregular de transferencia de cadáveres y en la apertura de un expediente administrativo a una empresa de Monforte de Lemos, que gestionaba la misma.

En una inspección a las naves, ubicadas en Setados, se comprobó que numerosos cadáveres de animales, así como restos de matadero y carnicerías, eran tratados sin contar con todas las medidas de precaución sanitaria, si bien todos los desechos fueron documentados tanto ante el Seprona como ante los servicios veterinarios de la Xunta.

La investigación se inició a raíz de la aparición de cuatro fosas comunes de perros en Vincios (Gondomar) en febrero y la imputación de un veterinario por emitir supuestos certificados técnicos sanitarios falsos. Los animales procedentes de clínicas veterinarias –o los que aparecen muertos en carreteras, tanto domésticos como fauna salvaje– no pueden ser enterrados, sino incinerados.

Las indagaciones llevaron a varios gestores de estos desperdicios animales que operan en la provincia de Pontevedra, entre ellos "Pieles Jacinto" de Monforte. Esta empresa es una de las mayores gestoras de desperdicios de matadero y animales de Galicia: en la provincia usaba para la transferencia de su material denominado "subproductos animales" –cuya procedencia han podido documentar ante Seprona y Xunta– una fábrica de curtidos ubicada en As Neves.

La fábrica cuenta con medios para almacenar por corto espacio de tiempo los animales muertos y restos de matadero y carnicerías –entre 3 y 8 días–. Sin embargo no poseía licencia para esta actividad sino para el tratamiento de pieles, una actividad que va a recuperar en la localidad una empresa holandesa que ya compró la industria. El Seprona descubrió en el interior de la nave una bañera de grandes dimensiones con varias toneladas de desperdicios animales, así como otros situados en los sistemas de conservación de las propias naves. La empresa, en la que trabajan cinco operarios, depositaba los restos en las naves hasta que realizaba una carga completa que transportaba a una planta incineradora, "Fernando Curras e Hijos", que se encuentra ubicada en Salamanca.

Además de esta planta, el Seprona abrió diligencias para expedientes administrativos a otras operadoras y se estudia si alguno de los empresarios pudiera tener responsabilidad penal, aunque al parecer estaría descartada ya que incluso en el caso de As Neves no existen vertidos.

Entre la documentación aportada a la Xunta figuran referencias a que algunos de los animales encontrados procedían de atropellos en carreteras. Estas empresas gestoras cobran por la retirada de animales a clínicas veterinarias, particulares e instituciones públicas y deben proceder a su destrucción según la normativa, que obliga a su incineración, que suele hacerse en la planta de As Somozas.