Peter Velicky perseguía dos objetivos muy concretos con su fugaz visita a A Coruña ayer: dar el pésame a las familias de los tres policías nacionales desaparecidos –uno hallado ya fallecido– al intentar rescatar a su hijo Tomas en la playa del Orzán el viernes de madrugada, y agradecerles a ellas y a los servicios de emergencia el esfuerzo y dedicación en la operación de rescate que, sin pausa, se activó desde el primer minuto. Mientras el Ministerio del Interior anunciaba ayer que otorgará las medallas de oro al mérito policial a los tres agentes, el padre del estudiante eslovaco de Erasmus visitó la coraza del Orzán, desde donde se coordina el dispositivo, a primera hora de la mañana y, después, se reunió en la Jefatura Superior de Policía con familiares de uno de los agentes aún desaparecidos, Rodrigo Maseda.

"Les dije que lo sentía mucho, que deberían sentirse orgullosos de sus hijos porque habían intentado salvar la vida del mío. Fue muy emocionante, lloramos juntos", declaró Peter Velicky a FARO en el aeropuerto compostelano de Lavacolla un par de horas antes de tomar el vuelo de regreso hacia Bratislava donde reside con su mujer y otros dos hijos.

–¿Qué le ha dado tiempo a hacer durante su visita a A Coruña?

–Fui a la playa del Orzán, hablé con la Policía Local, con la Guardia Civil y después fuimos a la Policía Nacional para agradecer la actuación a los jefes del Cuerpo. Hablamos con el psicólogo sobre la situación de las familias y sobre la dimensión de la tragedia. Después me encontré con la familia de un agente y después ya me vine para el aeropuerto.

–¿Qué le dijo a los familiares de los policías desaparecidos con los que se pudo reunir?

–Les dije que lo sentía mucho, que deberían sentirse orgullosos de sus hijos porque habían intentado salvar la vida de mi hijo, les di las gracias y les ofrecí mi ayuda para cualquier cosa que necesitasen, en cualquier momento. Si hubiese algo que pudiese hacer, desde mi país o en cualquier lugar, estaré dispuesto para hacerlo.

–¿Qué le dijeron los familiares de los agentes a usted?

–Solo me encontré con una familia, solo una estaba disponible [la del agente Rodrigo Maseda, aún desaparecido]. Ellos lloraron en mi corazón y yo en el suyo. Fue un momento muy emocionante, lloramos juntos. Nos dijimos que no nos habíamos conocido antes, pero que esta tragedia nos había unido y que los cuatro chicos estaban ahora juntos y con Dios.

–¿Por qué solo tuvo la oportunidad de hablar con la familia de uno de los policías nacionales desaparecidos?

–Porque otra de las familias vive fuera de A Coruña y no fue posible verla. Ellos no pudieron venir aquí y yo no pude ir a donde ellos estaban, pero hablé con ellos desde casa. A la otra familia le está siendo muy complicado enfrentarse a la tragedia, por lo que no quiso hablar con nadie. Yo estaba dispuesto a hablar con las familias de los tres policías.

–¿Pudo hablar con los mandos de la Policía Nacional y de la Policía Local?

–Sí, pude hablar con el jefe de la policía en Galicia y con el de Madrid y con el jefe de la Policía Local de A Coruña.

–¿Qué le dijeron?

–Me dijeron que esto ya había pasado unas cuantas veces antes y que no era la primera vez que sucedía un accidente así; que sentían mucho lo que había pasado y que, si nosotros necesitábamos alguna ayuda de ellos, estaban preparados para ayudarnos. Yo les expresé mi gratitud por la valentía de los policías y ellos me dijeron que estaban buscando los tres cuerpos con los mismos medios. Creen que es una tragedia y no hacen distinciones entre los policías y Tomas.

–¿Pudo hablar con los amigos de su hijo Tomas en A Coruña?

–Me dijeron que mi hijo no estaba ebrio. Que Tomas era un buen amigo, que llevaba muy bien sus estudios e iba a sacar muy buenas notas y que iban a echarle mucho de menos. Ellos no podían imaginar qué fuerza había detrás de esa ola en la playa del Orzán que le arrancó del grupo.