La búsqueda de los cuerpos de los dos policías nacionales y el estudiante erasmus que engulló el mar de la playa del Orzán de A Coruña en la madrugada del viernes prosiguió ayer sin los frutos deseados. Una veintena de buceadores se incorporaron a los efectivos que peinan el litoral y las aguas coruñesas por tierra, mar y aire, con inmersiones en la zona del Millennium y la cetárea del Aquarium Finisterrae. Las labores continuaron al tiempo que se celebró en el cuartel de Lonzas el funeral de Javier López López, el agente de 38 años que falleció en la tragedia y cuyo cadáver fue el único que se pudo rescatar horas después del suceso.

Aunque los buzos se sumaron a los trabajos a primera hora de la mañana, no se sumergieron hasta la una de la tarde debido al mar de fondo existente. De los veinte buceadores desplazados a la ensenada del Orzán, al final solo ocho pudieron meterse bajo el agua, aunque sin obtener resultados.

Desvanecidas las esperanzas de encontrar a alguno de los desaparecidos con vida, el dispositivo se alejó de la zona de la ensenada para centrarse, principalmente, en la zona comprendida entre la Torre de Hércules y el puerto exterior de punta Langosteira, separados en línea recta por unos cinco kilómetros de distancia.

Se buscaba el rastro de los policías nacionales Rodrigo Maseda, de 35 años de edad y natural de Burela, y José Antonio Villamor, de 34 años y del municipio lucense de Friol; además del del joven Tomas Velicky, de 24 años, cuyo rescate en la playa del Orzán tras una noche de marcha originó la tragedia.

Los buceadores que se sumaron a los efectivos desplegados en el litoral coruñés, según apuntaron fuentes del concello coruñés, corresponden a Salvamento Marítimo, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, al Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional y, finalmente, a la Axencia Galega de Emerxencias.

Fuentes próximas explican que demoraron la actuación por el mar de fondo y esperaron a la bajamar para obtener una mayor efectividad. A pesar de la espera, la visibilidad del fondo era prácticamente nula "más allá de un metro o dos" y la superficie a cubrir, "muy grande". En los rastreos efectuados por estos expertos solo se pudieron encontrar, cerca de la cetárea, varias prendas de ropa.

Hoy volverán al agua para intentar averiguar si alguno de los cuerpos ha quedado atrapado entre las rocas o si hay que esperar a que las corrientes del mar los devuelvan a tierra en unos días. La intención es ampliar el área de búsqueda, después de que ayer se dispusieran en el entorno de la Casa de los Peces, en la zona del Matadero y en el obelisco Millennium.

Medios

El rastreo por mar se mantuvo por la noche, al igual que en la jornada anterior, con el SAR Gavia al frente. Durante el día se estuvo trabajando también por tierra y por aire. Además del SAR Gavia, participaron en el operativo desplegado la Salvamar Mirfak, la patrullera de la Guardia Civil Río Andarax y las embarcaciones de la Xunta de Galicia, Paio Gómez Chariño e Irmáns García Nodal. Los cuatro helicópteros que sobrevolaron el litoral fueron los Helimer 210 y 215, de Salvamento Marítimo; Ángel 29, de la Policía Nacional; y Cuco, perteneciente este último a la Guardia Civil.

Numerosos ciudadanos coruñeses siguieron en algún momento de la jornada el amplio despliegue desde el paseo marítimo. El jefe de los bomberos, Carlos Touriñán, explicó que algunas personas les llaman si creen que han visto algo en la costa, colaboración que agradecen. Durante unas horas, un helicóptero y dos de los cinco buques tuvieron que desplazarse hasta las proximidades de Ares debido a una alerta relacionada con un bote sin tripulación que resultó ser falsa alarma.