Un sofisticado búnker acorazado, oculto tras la pared de una bodega en un lujoso chalé de Teo, muy cerca de Santiago, servía de centro de operaciones a uno de los grupos más activos del narcotráfico gallego. La Policía Nacional en colaboración con las autoridades italianas ha desarticulado una red que utilizaba un sistema ingenioso y difícil de descubrir: a bordo de yates y planeadoras recogían en alta mar fardos de cocaína arrojados desde buques mercantes en ruta desde Sudamérica a Europa y la distribuían en España e Italia. La operación "Freeway", con cinco gallegos detenidos, tres de ellos en Galicia (incluido el presunto cabecilla) y los otros dos en Génova con 55 kilos de cocaína, demuestra que los narcos tienen que agudizar el ingenio tras el blindaje de la costa gallega al transporte marítimo.

Al frente del floreciente grupo las fuerzas antidroga sitúan al boirense Elías Piñeiro Fernández, de 36 años, que dirigiría las descargas desde su lujoso chalé en la localidad coruñesa de Teo. En el búnker tras la bodega, los agentes del Greco–Galicia hallaron un complejo sistema de seguridad con cámaras para vigilar el resto de la casa, así como accesos a los sofisticados sistemas de comunicaciones –teléfonos vía satélite y computadoras– que utilizaba la red para el seguimiento de los alijos desde su salida de Colombia hasta su almacenamiento en tierra. Los agentes intervinieron, en dos cajas fuertes de grandes dimensiones, dinero en metálico, relojes de gran valor, material informático y documentación.

Con Elías Piñeiro fue detenido también su hermano Enrique Campio, de 33 años. En Génova fueron apresados el cambadés Jesús Costa Rodríguez, de 38 años, y el sonense José Francisco Rodríguez, de 39 años y considerados correos de la organización que previsiblemente serán juzgados en Italia. A Ambos se les considera responsables del alijo de 55 kilos de cocaína, valorada en 40 millones de euros, e intervenido el pasado 19 de marzo en Bocca di Magra.

Los tres detenidos en Galicia ingresaron en prisión provisional sin fianza el pasado viernes, como informó FARO DE VIGO, tras prestar declaración en el Juzgado de Instrucción 2 de Caldas, donde se practicaron varios registros en naves vinculadas a los dos hermanos de Boiro. En los registros, la Policía Nacional intervino tres máquinas de contar dinero, tres sea scootter que permiten a los buceadores propulsarse bajo el agua, una motora de 11 metros de eslora, cinco vehículo y un remolque.

Los alijos

El arresto del cabecilla se produjo a instancias de la policía italiana, que solicitó una orden internacional de detención tras el arresto de los dos correos en Génova. El Greco–Galicia ya investigaba a Elías Piñeiro, y por eso se montó una operación conjunta entre ambos países. En mayo, el Servicio de Vigilancia Aduanera interceptó otro transporte del grupo en una pequeña lancha que pretendía acceder al Puerto de Algeciras tras recoger 50 kilos de cocaína.

La investigación de los dos alijos frustrados, en Italia y España, llevó a la banda supuestamente liderada por Elías Piñeiro quien "desde hacía años trabajaba de forma estable con un grupo de narcotraficantes colombianos", según informó ayer la Policía Nacional. Los colombianos contactaban con empleados de mercantes y enviaban importantes partidas de cocaína. Antes de llegar al puerto de destino, arrojaban por la borda fardos de entre 50 y 100 kilos de droga, que eran recogidos por el grupo gallego desarticulado en planeadoras y yates. Después la transportaban a tierra para su posterior distribución, tanto en España como en Italia.