Diez meses de prisión y dos años y dos meses de retirada del carné de conducir que conllevarán la pérdida definitiva del permiso. Esta es la condena que aceptó el conductor portugués de 28 años que fue detenido tras circular a 150 kilómetros por hora por el centro de Vigo. El joven, P.J.C.M., con domicilio en la ciudad olívica, cuadruplicó además la tasa de alcohol ya que en la prueba que le practicaron arrojó una tasa de 1,01 mg/l en aire espirado. El arrestado reconoció estas conductas imprudentes y asumió la autoría de un delito de conducción temeraria en el juicio rápido celebrado en el Juzgado de Instrucción número 5 de la ciudad olívica, en funciones de guardia.

El hecho de que no tuviese antecedentes penales y de que todo ocurriese de madrugada, cuando el tránsito de vehículos es menor que en pleno día, provocó que la Fiscalía no pidiese el decomiso de su vehículo, una medida que se adopta en caso de conductores multirreincidentes o cuando cometen alguna infracción de especial gravedad.

Todo ocurrió la madrugada del viernes. El joven condujo en estado ebrio, se saltó semáforos en rojo y cuando la Policía Local lo sorprendió pisó el acelerador por Gran Vía y llegó a circular a 150 kilómetros por hora, el triple de la velocidad permitida. Su fuga se frustró al final de la calle Florida, donde los agentes lo interceptaron tras una persecución de más de tres kilómetros. Con el joven viajaba otra persona de copiloto. El fiscal considera que lo puso en peligro, así como a un taxista con el que casi colisiona en su fuga.