"La guardería ha sufrido un daño económico muy importante y un daño moral tremendo". Así se manifestó ayer el abogado de la escuela infantil donde una joven que estaba cubriendo la baja de una educadora sedó supuestamente con Trankimazin a cinco bebés que tenía a su cuidado. El letrado, Javier Pascual, afirmó que era "imposible" que el centro pudiese "imaginar" o prever el "acto disparatado" del que está imputada la excuidadora, contra la que, añadió, hay "pruebas clarísimas".

La juez que llevó la investigación judicial de este caso acaba de dictar un auto con el que se concluye la instrucción y en el que imputa a N.V.G. un presunto delito contra la salud pública y cinco de lesiones. Además, declara la responsabilidad civil subsidiaria de la guardería –y la directa de una aseguradora– señalando que se citará a su representante legal "en tanto que es la persona jurídica titular del establecimiento en el que los padres de los menores confiaron la custodia de sus hijos" y "eligió a esta trabajadora [la imputada] que trabajaba bajo su vigilancia [...]".

El abogado de la escuela infantil señaló que no recurrirá el auto judicial y que será en el futuro juicio donde expondrá sus alegatos para demostrar que no cabe esta responsabilidad civil subsidiaria, recordando asimismo que por ahora es "provisional" a la espera de la vista oral.

"La guardería hizo todo lo que se debía hacer cuando se la contrató [a la imputada]; se pidió el curriculum, se pidieron referencias, se la entrevistó...", afirmó Pascual, añadiendo que al centro le era "imposible" imaginar lo que estaba ocurriendo. Dijo, a modo de ejemplo, que no se pueden tener "cámaras en el baño" para ver qué ocurre cuando una educadora está allí con un niño.

El letrado señaló que comprende muy bien "la angustia" que pasaron los padres de los menores las primeras horas tras descubrirse la intoxicación, pero destacó que los pequeños en la actualidad "están bien" y "no sufren secuelas". Recordó también que tres de los niños que resultaron afectados por la ingesta de Trankimazin continúan a día de hoy en la guardería y sus padres confían en el cuidado que reciben allí sus hijos: "Hay gente que lleva trabajando 15 o 20 años".