Los clanes nigerianos de prostitución que operan en Vigo y su comarca han retirado a sus mujeres de los clubes de alterne de la zona tras la desarticulación de una de las mafias internacionales más importantes, propiciada por una testigo protegida que denunció estar prostituida a la fuerza en un establecimiento de Ponteareas.

La caída de los responsables de la organización, que explotaba a las jóvenes en bares de alterne de toda España y Europa y estaban asentados en Valencia, y de otra veintena de personas durante la investigación llevada a cabo por la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación (Ucrif) de la Policía Nacional en distintas provincias españolas, les hace temer nuevas detenciones. Además, el número de testigos protegidos sigue creciendo. Otras dos víctimas de la trama se han sumado como denunciantes a la primera que lo hizo en Ponteareas. Las tres permanecen bajo vigilancia y protección de la Ucrif central.

La ausencia de mujeres subsaharianas quedó patente en la redada que la Brigada de Extranjería de la comisaría de Vigo realizó en la madrugada de ayer en el club de alterne de Ponteareas. La inspección se saldó con tres mujeres arrestadas, ninguna de ellas nigeriana. Se trata de jóvenes sudamericanas con estancia irregular en España y sobre las que, al parecer, ya pesaban órdenes de expulsión.

Los responsables del establecimiento, que no se encontraban en el local durante la intervención policial, fueron citados ayer a declarar en la comisaría viguesa, si bien no ha trascendido si en calidad de testigos o de imputados. La víctima que propició la desarticulación de la red internacional nigeriana, manifestó en dependencias policiales al formular la denuncia que estaba siendo explotada allí la fuerza

Su testimonio permitió llegar a los responsables de la red en Valencia. De hecho, tres de sus integrantes fueron trasladados hasta Ponteareas para prestar declaración en el Juzgado de Instrucción 2 que coordina las diligencias como informó FARO DE VIGO en exclusiva, si bien podría inhibirse en los próximos días en favor de un juzgado valenciano ya que el grueso de la organización fue desarticulada allí.

La pareja de nigerianos y un tercer hombre, identificados como K.E.. P.T. y D.E.E., a quienes la víctima vinculó con su entrada irregular en España y la explotación sexual que sufría, se negó a declarar en el juzgado ponteareano, pero la juez ordenó su ingreso en prisión provisional.

El grupo introducía en España a mujeres subsaharianas a través de ciudades europeas como Londres o parís, y las forzaba a prostituirse para pagar la deuda contraída por sus familias en su país. Magia negra, vudú y palizas, así como multas eran el método empleado para esclavizar a las mujeres. A la organización se le imputan, además, delitos de extorsión, o hacking para el robo de tarjetas de crédito.