Casi cinco años de cárcel cada uno. Esta es la pena que aceptaron ayer dos jóvenes que, a bordo de un coche robado, embistieron a propósito el turismo de otro chico al que venían persiguiendo, llegando a turnarse ambos al volante para conseguir su propósito. Los hechos ocurrieron en septiembre de 2008 en el polígono vigués de Navia: en el vehículo de los condenados viajaban otros tres amigos, entre ellos una menor de 17 años que era exnovia de la víctima, por lo que la Policía Nacional centró desde un primer momento el móvil del suceso en una venganza amorosa. Los implicados resultaron heridos debido al brutal choque frontal.

Los dos jóvenes que se pusieron al volante del Ford Orion "con la intención de causar grave daño" a la víctima, Abraham C.F. y Claudio F.E., se enfrentaban a 8 años de cárcel –el primero está en prisión provisional desde entonces–, pero un acuerdo de la defensa con la fiscal permitió reducir la casi a la mitad al retirarse la imputación de intento de homicidio. Así, Claudio fue castigado a cuatro años y medio de cárcel como cooperador necesario de un delito de lesiones con instrumento peligroso en concurso con conducción temeraria y por dos faltas de lesiones y un delito de lesiones. Lo mismo que se le impuso a Abraham –en este caso como autor–, cuya pena asciende a cuatro años y ocho meses porque además carecía de permiso de conducir. Asimismo, cumplirán 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad por ir en un coche robado, condena también impuesta a otro de los ocupantes del coche, Borja R.R. Con respecto a las dos chicas que iban con ellos, la menor no llegó a estar en el banquillo y a Zoila M.C. se le retiró la acusación ayer mismo.

La conformidad evitó el juicio de ayer en la Audiencia viguesa. Todo ocurrió la noche del 30 de septiembre de 2008. La víctima iba en su Fiat Punto a casa de su hermano en Navia, extremo que conocieron los cinco ocupantes del Ford Orion. Ya en el polígono vigués, en la calle Teixugueiras, tuvo lugar la peligrosa persecución. Al ver a la víctima ante un paso de cebra, Claudio, que iba en ese momento al volante, tiró del freno de mano para cruzarse ante el coche del joven, pero este lo logró esquivar y empezó a escapar mientras sus perseguidores intentaban "sacarlo de la carretera" con "maniobras de acometimiento" de rotonda a rotonda. En un momento dado, Abraham, que iba de copiloto, sustituyó a Claudio al volante "para tener más eficacia en la persecución" y dar alcance a su objetivo: cruzó la mediana, invadió el carril contrario e impactó frontalmente con el Fiat de la víctima, que había llamado por teléfono a su hermano pidiendo auxilio: "Ayúdame que me van a matar", momento en que se alertó a la Policía. El siniestro causó alarma entre los vecinos, que creían que era una carrera.

Los cinco ocupantes del Orion fueron detenidos, unos en el momento del siniestro y otros después tras ser localizados. Finalmente han sido condenados tres de ellos y los dos principales, los conductores, deberán pagar más de 17.000 euros en indemnizaciones, 12.000 de ellos a la víctima.