La titular del juzgado de instrucción número dos de Lugo ha dejado en libertad, aunque prosigue su investigación por homicidio imprudente, al marido, hija y yerno de una mujer de 53 años que murió en su domicilio con síntomas aparentes de no haber sido alimentada ni atendida de sus dolencias.

El abogado que representa la defensa de los tres detenidos ha informado de que quedaron en libertad a última hora de la noche de ayer, tras haber prestado declaración sin representante de la fiscalía.

El caso continúa en fase de instrucción, si bien sobre las tres personas ahora en libertad, la jueza no ha decretado fianza, ni ha requerido ninguna medida cautelar.

Según había informado la Jefatura Superior de Policía de Galicia, el pasado día 2 de febrero se procedió al levantamiento del cadáver de una mujer, la cual se encontraba en una habitación de su domicilio habitual, en condiciones de insalubridad y abandono.

Además, se especifica que su cuerpo presentaba gran cantidad de heridas y llagas que hacían presumir, por su examen externo, que la mujer "no había recibido los cuidados más elementales", ha apuntado la Policía.

Ahora, el letrado dice que las cosas "son muy distintas de cómo puede parecer desde fuera" y aclara que la mujer estaba atendida por su hija de 23 años, que también tenía a su cargo un hermano de 14 años, "en edad difícil", y un niño de 7 meses. Además, acababa de perder su empleo y estaba aquejada de un proceso de depresión.

El marido de la víctima, aunque tenía otra relación, acudía, según la versión del abogado, a colaborar con la familia, pernoctaba varias veces en el domicilio y se hacía cargo de buena parte de los gastos que generaba esta situación.

También ha especificado que la víctima, debido a un proceso degenerativo de Alzhéimer y depresión, "escupía" la comida, se negaba a levantarse o lo hacía a horas intempestivas y "se ponía a cantar" o repetía en voz alta el nombre de vacas con las que habría trabajado en otra época.

Sostuvo, por otra parte, que la familia había demandado ayuda de servicios sociales, sin que hubieran encontrado la respuesta oportuna a esta petición.

"Probablemente no llevaron lo mejor posible la situación, que se les acabó escapando de las manos, pero en ningún momento se puede decir que estuviera desatendida", concluyó el defensor.