Un ahogamiento que puede encubrir un asesinato. El Juzgado de Violencia contra la Mujer de Órdenes ha reconvertido en sumario las diligencias contra Jesús Carro, un ex GEO y experto buceador expulsado de la Policía Nacional, al que imputa el presunto homicidio de su pareja, Dolores Villar, hallada ahogada en una zona de apenas 40 centímetros de agua una playa de Carnota en 2008. Se conocieron cinco meses antes a través de una revista de contactos, vivieron un tiempo en Madrid y regresaron aficñandose en A Coruña donde firmaron dos seguros de vida.

El cuerpo de Dolores Villar, de 52 años, apareció flotando en la playa de Boca do Río el 2 de agosto. El Juzgado de Muros ordenó una segunda autopsia ante las contradicciones de su pareja, el ferrolano Jesús Carro, que la llevó en coche desde A Coruña hasta el arenal donde debían recogerla unos amigos a los que no ha sabido identificar, y la declaración de dos testigos protegidos. Uno oyó aquel día dos gritos desgarradores pidiendo auxilio, que se interrumpieron bruscamente cuando se acercó al lugar donde reconoció al novio de Loli, pues habían coincidido cerca del chiringuito. El otro testigo vio a Jesús Carro con gafas y aletas de buceo

La Guardia Civil descubrió también que la fallecida y su novio firmaron dos seguros de vida, uno de ellos por 200.000 euros. Si ella –que pagaba la prestación– moría accidentalmente, el hombre era el beneficiario, pero en caso contrario la beneficiaria sería una hija de él. La agente de seguros reconoció que, en un momento en el que el hombre se ausentó de la oficina, Loli le pidió, como con miedo, que no cursara el contrato.

Aunque los hechos ocurrieron en Muros, el domicilio de Dolores Villar estaba en Órdenes y como el único imputado –en libertad bajo fianza de 30.000 euros– es su pareja el caso ha pasado al Juzgado de Violencia sobre la Mujer de esta localidad.

La semana pasada el juez transformó las diligencias en sumario e imputa a Jesús Carro un presunto delito de homicidio (por la muerte de Dolores), otro de coacciones (por la firma de las pólizas de seguros), y robo con fuerza o hurto, ya que la víctima había cobrado unos 30.000 euros que desaparecieron. Carro, que el mismo día de la muerte de Loli fue dado de alta en la liberaría de su mujer en A Coruña, niega cualquier participación en la muerte de Loli y asegura que la dejó viva en el arenal regresando a Coruña.

La vida de los protagonistas de este drama es digna de una película. Ella era una mujer fantasiosa, que vestía bien y se cuidada mucho. Sus "mentiras" la llevaran a estar internada en un centro especializado un tiempo. Presumía de amistades y de más dinero del que en realidad tenía como heredera universal de un farmacéutico que le dejó bienes y tierras. Manejaba mucho dinero en efectivo y así lo atestigua un cerrajero que, días antes de que apareciera el cuerpo ahogado de la mujer, acudió a abrir la caja fuerte del piso que compartía con su pareja. El cerrajero afirma que el ferrolano le exigió que abriese de inmediato la caja, pero Loli (a espaldas de su pareja) pidió como con miedo que lo dejara para el día siguiente. Ambos habrían decidido aquellos días poner fin a la relación.

Dos mensajes de Jesús Carro a Loli despertaron sospechas. El primero, el día de su muerte: "Este sábado se ahogó una chica ahí", en Carnota. Al día siguiente le mandó ánimos, como si ella estuviera deprimida. Extremo que la familia de Loli descarta porque al fin su hijo iba a ser mayor de edad y podría hablar con él. Curiosamente Jesús Carro llamó dos días después del suceso a la Policía Local para preguntar por la ahogada y ratificó quien era, a la vez que llevó a los agentes hasta donde había dejado sus cosas.