Tiene 9 años y lleva seis meses en un centro de acogida de menores en Vigo. No es que nadie la quiera, sino que sus progenitores pelean su custodia en los tribunales con un bombardeo de denuncias cruzadas que comenzó hace seis años. El Juzgado de Familia número 5 de Vigo cerró ayer el juicio de divorcio de la pareja y tutela de la niña, cuya primera sesión se celebró hace dos años. La vista se suspendió entonces para realizar un estudio psicosocial que derivó, hace seis meses, en el internamiento de la menor para alejarla de la influencia materna a petición de la Fiscalía.

La juez de Familia retiró la custodia a la madre, ya que el régimen de visitas del padre no se cumplía por las trabas que ponía la mujer, y el auto resolvía la conveniencia de apartar a la menor de la influencia materna por la manipulación a la que sometía a la niña. Así, se confió su tutela temporalmente a la Adminsitración, inicialmente para 21 días, aunque seis meses después sigue allí. El fiscal de menores solicitó entonces que el servicio de Protección de Menores se hiciera cargo de la niña para valorarla en un ambiente de neutralidad, ajena al conflicto entre su padre y su madre. La madre criticó ayer que su ex marido se la lleva del centro de acogida todos los fines de semana, mientras ella sólo tiene derecho a una hora de visita semanal tutelada.

El cruce de denuncias entre el matrimonio incluye media docena presentadas por la madre por presuntos abusos sexuales del padre a la menor, aunque todas fueron archivadas. El padre, por su parte, denunció a su mujer por denuncia falsa e incumplimiento del régimen de visitas. En ambos casos fue absuelta, ya que padecería un trastorno obsesivo, si bien no son firmes al haber sido recurridas por su ex marido.

El progenitor prefiere guardar silencio sobre el caso, mientras que la madre exige que "cese la reclusión de la niña", sometida "al aislamiento de su familia materna". Cuenta con el apoyo de la asociación vecinal viguesa Rede de Mulleres contra o Maltrato y con el Instituto Europeo Campus Stellae, que ha presentado una queja ante el Consejo General del Poder Judicial por una "cadena de errores procedimentales" en los casos de los presuntos abusos denunciados.

La madre de la niña sostiene que pese a los informes médicos de Urxencias del Hospital Xeral, fotografías incluidas, las denuncias fueron archivadas por el testimonio de una forense que "contradice sistemáticamente a varios médicos y pediatras tanto privados como del Sergas". Así, se pregunta "cómo es posible que en apenas dos horas una exploración que registraba fisura anal eritema y dilatación se califique por el forense como de exploración normal?". La mujer asegura que su marido llegó a apuntar que ella la autora de las lesiones de la niña, y critica al fiscal de menores por oponerse sistemáticamente a todos los recursos que presenta su abogada y haber solicitado el archivo de las denuncias.