La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Lalín ha decretado el ingreso en prisión sin fianza para Carmen Reboredo Lalín, la madre de la joven que hallaron muerta el viernes tras un incendio en la vivienda familiar de Outeiro, en la parroquia lalinense de Barcia. La esposa de José Mouriño, al que la jueza atribuye la coautoría de dos delitos de asesinato e incendio y un tercero de posible homicidio, será igualmente trasladada a la cárcel pero una vez que le den el alta médica. A última hora de la tarde de ayer permanecía en el área de observación de urgencias del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) y a la espera de ser examinada por un médico forense. Esta exploración determinará tanto el estado psíquico como físico de la mujer, puesto que tuvo que ser sometida a un lavado de estómago para retirar el purín que tragó durante las siete horas que estuvo en la fosa.

Desde su detención el pasado viernes, Carmen Reboredo estuvo en todo momento bajo custodia policial para evitar cualquier intento de suicidio o de escapatoria, dado el shock en que se encontraba tras ser encontrada por la Guardia Civil. Incluso su declaración ante la jueza, el fiscal y su abogada de oficio tuvo lugar en las dependencias del clínico durante la tarde-noche del domingo, una vez que el forense aseguró que estaba en perfectas condiciones para contar su versión de lo acontecido. Su defensa corre a cargo de la abogada Margarita Civeira, que le fue asignada de oficio y que prefirió no dar detalle alguno de su declaración ante la magistrada.

En el transcurso de un examen psiquiátrico pocas horas después del trágico incidente manifestó que ella fue quien había golpeado a su hija única en la cabeza mientras ésta dormía, y con el ánimo de evitar que le sobreviviera y quedase en la ruina debido a las deudas. Acto seguido se arrojó sobre el foso de excrementos para suicidarse, pero no murió debido a que su esposo, José Mouriño, se abalanzó tras ella para intentar salvarla. No obstante, y siempre según estas declaraciones iniciales y a la espera de conocer su testificación ante la jueza, Reboredo apuntó que, tras relatarle a su marido por qué mató a Sonia y por qué intentó acabar con su propia vida, Mouriño decidió suicidarse con ella para poner fin a todos sus problemas. El purín, según relató un empleado de la explotación, cubría a la mujer hasta el pecho, pero no a su marido.

Conforme se conocen nuevos datos sobre el crimen de Barcia, los vecinos se muestran aún más consternados. Son muchos los que insisten en la diligencia de Carmen para ayudar a sus conocidos en las tareas agrícolas, a pesar de que llevaba una vida muy de puertas adentro debido a que tenía que atender a dos personas mayores y una tercera discapacitada. Aunque oriunda de la parroquia vecina de Moneixas, hacía doce años que se había trasladado de forma definitiva con su marido a Outeiro, donde se instaló a la vez que su madre y su hermano, los únicos supervivientes en el incendio del inmueble.