Vecinos de la parroquia de Mougás, en el municipio pontevedrés de Oia, vivieron ayer un gran susto a consecuencia del temporal que, asombrosamente, terminó sin ocasionar más que pequeños desperfectos. Un enorme tornado formado en el mar se aproximó violentamente a la costa en torno a las 13.30 horas. La columna de viento se adentró en el litoral por el camping O Muíño y siguió la trayectoria marcada por los viales interiores de la instalación, –en forma de L– y se deshizo, por lo que únicamente afectó a tres bungalós. Uno de ellos resultó desplazado unos tres metros de su ubicación, pese a encontrarse sujeto con pilotes de hormigón.

El gerente del campamento, Alfredo Varela, y su mujer se aproximaban en su coche al negocio turístico cuando lo observaron en el mar y no dudaron en grabarlo con su teléfono móvil. "Era grandísimo y levantaba un chorro de agua impresionante. Estuvimos a punto de parar para refugiarnos porque creíamos que destruiría el camping. Pero fue cuestión de segundos. Cuando llegamos, ya había pasado y nos encontramos con los daños", indicaba.

La columna de aire movió una de las casetas. Las otras dos registraron desperfectos en sus paredes a causa de los objetos que volaban alrededor, sillas y mesas de plástico que los inquilinos habían dejado fuera. La viguesa Pilar Moreira estaba dentro de su bungaló cuando ocurrió. "Pasé un miedo horrible. Esto se movía y por la ventana no se veía nada. Era como una nube de tierra y plantas. Cuando pasó, salí y el bungaló estaba negro", explicaba. Fran, otro ocupante, veía en su televisor un reportaje sobre viviendas prefabricadas que resisten los tornados en Estados Unidos cuando ocurrió. "Mi hijo me preguntó curiosamente: ´Papá, ¿y eso no será un tornado?´ Yo le contesté ¡Qué va! Cuando salimos comprobamos que el niño tenía razón. Si lo cuento, nadie se lo cree", bromeaba tras el sobresalto.