Un guardia civil falleció ayer acribillado a tiros y su compañero resultó herido de bala, aunque no se teme por su vida, al frustrar un atraco en la sucursal de Caixa Galicia en la localidad pontevedresa de A Cañiza. Los atracadores, dos de ellos detenidos aunque la operación sigue abierta para localizar a un tercero, abrieron un butrón en un bajo vacío colindante con la entidad crediticia y, cuando iban a acceder al interior de la sucursal por los baños para esperar la llegada de los empleados y hacerse con el botín de la caja fuerte, fueron descubiertos por los sensores sísmicos del sistema de seguridad, que hizo saltar la alarma poco antes de las siete de la mañana.

Desde el cuartel de la Guardia Civil de Tui se envió al lugar a la única patrulla de guardia en O Condado, que correspondía al cuartel del municipio de Covelo. Los ladrones, al verse descubiertos, recibieron a tiros a los agentes. La víctima mortal es Miguel Jorge Piñeiro Lorenzo, de 38 años, casado y con tres hijos pequeños, que fue acribillado a balazos. Recibió al menos un disparo en la cabeza y otros cuatro en el tórax, mientras que su compañero, el cabo Alfonso José Riveiro Cabaleiro, de 32, resultó herido en el cuello y la parte posterior de la cabeza. Aunque su estado no reviste gravedad y su vida no corre peligro, permanece ingresado en la clínica viguesa de Fátima.

Este agente, herido de bala en el forcejeo con el presunto autor de los disparos, consiguió desarmarle, reducirle y detenerle, momento que aprovechó otro de los asaltantes para huir, si bien a media tarde era detenido en la localidad de Covelo, municipio en el que residía y estaba completamente integrado el guardia asesinado.

El presunto autor de los disparos es el vigués J.V.C., de 41 años y con un amplio historial por atracos según confirmó ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro. El atracador resultó también herido en el forcejeo con el arma, ya que habría aprovechado que el agente se situó a su espalda rodeándole el cuello para disparar contra él, y se encuentra hospitalizado bajo custodia en Montecelo (Pontevedra), si bien su estado no presenta complicaciones.

La alarma de la entidad crediticia, situada en el centro de A Cañiza y frente al mercado central, saltó en la sede de seguridad de Caixa Galicia a las 6.40. Desde allí se dio el aviso al cuartel de la Guardia Civil de Tui que envió a la única patrulla de guardia en O Condado.

El cabo Alfonso José Riveiro y su compañero Jorge Piñeiro, aparcaron el coche patrulla frente a los bajos de la sucursal. En un local contiguo sin ocupar, ya que el inmueble acaba de ser construido, y con un cierre a media altura, estaban los atracadores. Se investiga si los agentes tuvieron que saltar el portón de madera que habitualmente está cerrado con un candado (era donde se vestían los obreros de la promotora) o bien estaba abierto. Lo cierto es que al entrar allí, los ladrones abrieron fuego y al menos habrían descargado un cargador completo contra la víctima mortal. Eran las siete y veinte de la mañana cuando el superviviente reclamaba refuerzos.

Mientras Jorge Piñeiro caía al suelo herido mortalmente, el cabo Alfonso José Riveiro hacía frente al autor de los disparos, conseguía desarmarle y detenerle. Lo llevó esposado al coche patrulla y pidió ayuda a dos operarios de una empresa de señalización viaria que habían parado en una furgoneta para recoger a otro compañero. A uno le encomendó que vigilara al detenido y al otro que le ayudara a auxiliar al agente herido. El presunto autor de los disparos, esposado, escapó del Patrol y se introdujo en la furgoneta de la empresa de señalización, intentando darse a la fuga. El trabajador que le custodiaba logró coger las llaves de del motor y el cabo de la guardia civil se hizo cargo otra vez del detenido mientras llegaban los refuerzos.

La Guardia Civil dispuso un amplio operativo, tanto terrestre como aéreo con el despliegue de helicópteros, para dar con los dos atracadores fugados. Numerosos controles cubrieron las salidas de A Cañiza hacia Ourense y Madrid, así como hacia la localidad pontevedresa de Arbo, frontera con Portugal, ante la sospecha de que los atracadores huyeron hacía el país luso.

Los ladrones vestían monos de trabajo de color azul e incluso llevaban herramientas para hacer creer, a quien les viera acceder al bajo en obras, que eran simples trabajadores. La investigación trata de esclarecer si el mismo grupo es autor también de otros atracos bancarios, caso del cometido recientemente en el municipio de A Guarda.

La capilla ardiente de Miguel Jorge Piñeiro Lorenzo se abrirá a las 6 de esta tarde en la casa consistorial de Covelo, cuyo pleno municipal se reunió ayer en pleno extraordinario para mostrar su total rechazo ante este crimen y solidarizarse con la familia, al igual que hizo la corporación de A Cañiza. El funeral tendrá lugar mañana, a las 11 de la mañana en la parroquia de Covelo y posteriormente los restos del guardia civil muerto se trasladarán al cementerio vigués de Teis, de donde es natural su familia.