La mujer que este martes recibió en La Coruña un disparo en la cabeza, presuntamente efectuado por su ex pareja, ambos de nacionalidad marroquí, se encuentra hemodinámicamente estable, aunque presenta heridas graves, según informaron a Europa Press fuentes del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac), donde permanece ingresada. Mientras, agentes de la Policía Local y Nacional prosiguen la búsqueda del hombre, que emprendió la huida tras los hechos.

Una llamada de un particular al servicio de emergencias 112 alertó de los hechos, ocurridos sobre las 15.20 horas de ayer en la calle Albert Camus de La Coruña, en las inmediaciones del museo de la Domus, cuando la mujer, separada de su agresor, se encontraba con una de las tres hijas del matrimonio, de 14 años.

Según algunos testigos, la pareja mantuvo una fuerte discusión que acabó con el disparo efectuado por el hombre y que provocó a la víctima heridas graves con entrada de la bala por el maxilar superior y salida por el cuello.

Al lugar donde se produjeron los hechos, a escasos metros donde residía la pareja hasta su separación, se trasladaron efectivos de la Policía Local y la Nacional, así como agentes de la Policía Científica y una ambulancia medicalizada del 061.

La mujer fue trasladada al Chuac donde permanecía en planta a la espera de ser intervenida quirúrgicamente. "Sus heridas son graves, pero hemodinámicamente está estable", indicaron fuentes hospitalarias que hasta las 12.00 horas no facilitarán un nuevo parte médico.

Forcejeo

Al parecer, la menor mantuvo un forcejeo con su padre durante el cual se produjo un nuevo disparo, que impactó en un autobús cercano, aunque algunas informaciones apuntan a que el hombre también trató de matar a su hija.

El Ayuntamiento de La Coruña puso a disposición de la familia sus "recursos municipales" para ayudar tanto a la víctima como sus hijos, así como para colaborar en la detención del agresor. Tras los hechos, se puso en marcha un amplio dispositivo policial para su localización.

Supuestamente el hombre que, según algunos vecinos, no había asumido la separación, tenía una orden de alejamiento, que le obligaba a estar a más de cien metros del domicilio o el puesto de trabajo de la víctima pero, al parecer, ayer habían decidido reunirse tras una llamada de éste, aunque algunas fuentes apuntan a que esperó a sus familiares en la ruta que hacían a diario.