Las labores de rescate de los dos ocupantes del Renault Laguna fueron extremadamante complicadas. Los bomberos señalaron que tardaron casi una hora en liberar al herido y al fallecido, e incluso fue necesario cortar todo el techo del vehículo para poder acceder al interior y liberar los cuerpos. Las otras cinco víctimas fueron trasladadas casi de inmediato, en ambulancia, al Hospital Clínico de Santiago donde ayer por la tarde seguían siendo atendidos de las importantes heridas que sufrieron en el impacto. Si graves han sido las consecuencias que sufrieron los siete jóvenes implicados en el siniestro también fueron importantes los daños materiales en los tres vehículos, que quedaron totalmente destrozados a consecuencia del colosal impacto frontal, que como reconocen los servicios de emergencia provocaron que muchos trozos de los vehículos quedaran esparcidos por la calzada. A primera hora de la mañana la Guardia Civil realizó un control de alcoholemia entre seis vehículos que circulaban por las proximidades del siniestro.Uno de los conductores dio un índice de 1,15,es decir cinco veces más de lo permitido. Pero el incidente más grave ocurrió a las ocho y media de la mañana, cuando los servicios de emergencia casi habían despejado la carretera. Según fuentes presenciales, un turismo Peugeot 207 negro, al ver el operativo policial, decidió "pisar el acelerador" y hacer caso omiso de las órdenes de parar. A punto estuvo de arrollar a uno de los agentes y operarios de Protección Civil que se encontraban en la calzada. El conductor logró fugarse, pero los agentes consiguieron captar la matrícula y dar con el conductor.