"El río decide, a veces, dar un paso más pese a todas las medidas de seguridad que adoptamos. Son cosas que pasan. Somos deportistas y existe riesgo. Al río hay que tenerle un gran respeto, no miedo. Nosotros jugamos con él y en ocasiones actúa con vida propia". Así se expresa Aarón Serantes, que con Emilio Ferreira acompañaba en la bajada en kayak del río Vez en Portugal al experimentado piragüista tomiñés David Castro, "O Panadeiro", que perdió la vida en un trágico accidente el martes por la tarde. Una muerte que ha teñido de luto al piragüismo gallego.

Con valentía y serenidad, "aunque la procesión va por dentro", Aarón Serantes, de 20 años, recuerda la impotencia que sintieron al no poder hacer nada por salvar la vida a su compañero, cuya canoa chocó contra un árbol caído en el medio del río y él quedó atrapado entre las ramas del fondo.

"Íbamos los tres, cada uno en su kayak. Éramos el team de siempre. David ya había bajado dos o tres veces el Vez y Emilio y yo lo hacíamos por primera vez. Entonces, se quedó atrapado en el árbol, justo entre dos rápidos. Arriesgamos, intentamos auxiliarle y le lanzamos una cuerda, pero nuestra vida también corría peligro por la fuerza de la corriente. Sentíamos una gran impotencia allí, era imposible sacarlo. Entonces lo anclamos al árbol como pudimos para evitar que el agua se lo llevase", recuerda.

Eran las cinco y media de la tarde y mientras Emilio se quedaba cuidando el cuerpo de su amigo para evitar que fuera arrastrado, Aarón saltó a la orilla y fue a buscar ayuda. "Seguí el borde del río, había mucha maleza y estuve andando un buen rato. Entonces vi a unas personas trabajando en unas obras y pedí que llamaran a la Policía. Cuando llegaron los Bombeiros les indiqué el lugar donde estaba atrapado David. Algunos vecinos mostraron caminos, entre silvas y desniveles, para bajar cuanto antes a la orilla. El sendero era como un riego de agua y se había hecho de noche. Llovía y las piedras se volvieron muy resbaladizas, finalmente escampó y alumbrados con linternas los servicios de emergencia rescataron a David pasada la una de la madrugada. Quiero decir que fueron muy profesionales", explica.

Aarón admite que tanto él como Emilio atraviesan momentos muy duros, pero anuncia que seguirá remando. "Se lo debemos a David. Era el que más sabía, al que más le gustaba y este deporte le debe todo en el Sur de Galicia. Ahora toca valorar todo lo que hizo, revivió este deporte aquí y hay que tenerlo siempre presente. Es difícil luchar contra el río cuando decide dar un paso", argumenta.

Aarón expone que el deporte que practican es kayak extremo, pero que lo hacen con todas las medidas de seguridad. "No se trataba de un entrenamiento, sino de la bajada del río. Antes de tirarnos valoramos todo, comprobamos desde la orilla el recorrido, vemos las dificultades y decidimos como abordarlas. Aquí muy poca gente practica este deporte y David era el motor. Nos enseñó a nosotros y nos toca coger el relevo para que no desaparezca", reflexiona.

"Es difícil entender que le haya tocado a David. Era el que más sabía, al que más le gustaba, y siempre estaba preocupado con la seguridad. Lo comprobaba todo. Practicábamos cómo lanzar la cuerda, los nudos más adecuados para todo... No solo era un gran palista, sino una gran persona", concluye.