El naufragio de un pesquero de Caminha (Portugal), el "Vimar", a causa del golpe de cinco olas que rompieron el puente del barco frente a la "barra" de la desembocadura del Miño, se saldó con la muerte de uno de sus cinco tripulantes y el rescate de otros dos, sin conseguirse durante el día de ayer la localización de Alfredo Alonso Dos Santos, de 48 años, y de Fernando Rui Pereira Vasconcellos, de 45. El operativo de búsqueda y rescate, con medios españoles y portugueses, se realizó por tierra, mar y aire. Durante su desarrollo, dos horas después del suceso y a 100 metros del lugar, un barco con dos pescadores se hundió por un golpe de mar. Compañeros rescataron a los dos hombres del agua.

La tripulación del "Vimar" está unida por lazos familiares. Los supervivientes son Antonio Alonso Dos Santos, de 47 años, y Víctor Manuel Dos Santos, de 59, que fueron trasladados al hospital central de Viana do Castelo con hipotermia, tras su rescate por el pesquero "Rumbo á Nossa Senhora da Saude", después de pasar dos horas en el mar, donde lograron sobrevivir agarrados a boyas. El fallecido es Manuel José Pereira Vasconcellos, de 47 años, y hermano de Manuel.

El suceso ocurría sobre las cuatro de la madrugada de ayer, cuando el pesquero, de 9,5 metros, atravesaba el peligroso tramo de la "barra" de arena formada entre A Ínsua y la playa de Moledo, en Portugal, a pocos metros de la desembocadura del Miño. "La energía del mar, con menos profundidad en ese lugar, crea olas y ésa puede ser una de las hipótesis sobre las causas del naufragio", informó el capitán del puerto de Caminha, Luís Miguel de Brito Mamede Alves, para explicar la acción de las cinco olas a las que se refirieron los dos supervivientes.

Dos horas más tarde, el pesquero del puerto de Caminha "Rumbo á Senhora da Saude", con Salvador Passos a bordo, y tripulación formada por su hijo y dos hermanos, hallaba a los dos náufragos con vida "en muy malas condiciones". Los llevaron a tierra para ser evacuados al centro hospitalario. Luego volvieron al lugar, por si hallaban al resto de los hombres, pero fue en vano. Los dispositivos comenzaron el rastreo por la ribera de A Guarda, por la lusa, el río Miño y el mar, con la participación de la Comandancia Naval del Miño, la Policía Marítima de Portugal, helicóptero de Protección Civil de Portugal y el Pesca I, además de la GNR, embarcaciones, Guardia Civil, Policía Local y Grumir.