Un importante golpe a los ciberdelincuentes. La Guardia Civil, en colaboración con el FBI, detuvo a tres jóvenes españoles, uno de ellos vecino de Santiago de Compostela, que controlaban 13 millones de ordenadores con los que robaron datos de carácter financiero y personal de 800.000 usuarios de 190 países –200.000 de ellos de España–. La operación "Mariposa" supone la desarticulación de la mayor red de ordenadores zombis detectada nunca: los equipos informáticos, que eran controlados de forma remota sin que sus dueños detectasen ningún problema en su funcionamiento, pertenecían a instituciones gubernamentales, empresas privadas –entre ellas 40 de los bancos más importantes del mundo– y a usuarios particulares. El potencial del grupo, que accedió a las computadoras mediante un virus troyano, era tan grande que podrían haber realizado un ataque de ciberterrorismo muy superior a los cometidos contra Estonia o Georgia. No ocurrió, pero los detenidos –el compostelano codirigía el grupo– sí usaron los datos para sí o para alquilarlos a bandas dedicadas al fraude bancario.

"Hemos tenido suerte de que la red de ordenadores no fue usada para ningún interés estratégico, sino para robar información a los usuarios y accesos a redes. Su mentalidad delictiva no era muy grande, porque podían haber hecho mucho más daño", afirmaba ayer el jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la Benemérita, Juan Salom. Los ordenadores zombies, controlados a distancia sin que su usuario lo sepa, suelen ser usados por las redes del ciberdelito para hacer transacciones ilegales, robar datos bancarios o, lo que es peor, coma arietes en un ataque coordinado contra una red gubernamental o una entidad financiera.

Jóvenes

Los tres detenidos en esta operación no eran los diseñadores de la red zombi, sino que habían comprado el programa en el mercado negro y se limitaban a administrarla a tiempo completo en sus domicilios. El gallego detenido es el compostelano J.B.R., de 25 años y que usaba el nombre de OsTiaToR como alias en la red: este joven codirigía la red junto al vecino de Balmaseda (Vizcaya) F.C.R., de 31 años y que tenía los nicks netkairo y hamlet1917. "[El santiagués] era muy importante, prácticamente diría que llevaba la red a medias con la misma actuación que el vizcaíno", aclaró Salom. Junto a ellos fue apresado el murciano J.P.R., de 30 años y apodado en Internet Johnyloleante. Todos quedaron libres con cargos, tras ser puestos a disposición de la Audiencia Nacional. Además, se investiga la participación de un cuarto miembro del grupo, Fénix, que podría ser venezolano.

Esta botnet –nombre con el que se denomina a este conjunto de ordenadores infectados con un programa malicioso que están bajo control de su administrador o bobmaster– comenzó a extender sus tentáculos en mayo del año pasado, mes en el que una empresa de seguridad informática canadiense, Defence Intelligence, alertó de la presencia de esta nueva plaga y creó un grupo de trabajo con la firma española Panda Security.

Tras constatarse que la red podía estar dirigida por un español, se comunicó el caso a la Guardia Civil –además de al FBI–, que se encargó de la parte policial y comenzó a rastrear Internet para tratar de identificar al cerebro de esta botnet, que se hacía llamar Netkario. Y tras meses de investigación, el pasado 23 de diciembre, en una acción internacional coordinada por las empresas de seguridad y las fuerzas de seguridad, se logró desactivar la red zombi.

Venganza

Pero el detenido de Vizcaya se dio cuenta de esta acción policial y, posiblemente como venganza, lanzó un ataque contra Defence Intelligence, la empresa canadiense que había dado la voz de alarma, y cuyos servidores quedaron inoperativos durante varias horas: muchos clientes quedaron sin conectividad, entre los que se encontraban centros universitarios y administrativos de Canadá. Esta represalia del grupo delictivo, sin embargo, permitió conocer el resto de canales de control de la red, que fueron bloqueados, y también fue la pista definitiva para dar con los jóvenes arrestados. La Guardia Civil puso el caso en manos de la Audiencia Nacional y el juez Baltasar Garzón instruye la causa.