Los gallegos temían otro Klaus. Pero el ciclón Xhyntia no mostró su peor cara a una comunidad que lo esperó con una excepcional alerta roja y un batallón de 2.000 efectivos preparados para combatir la furia del temporal. El ciclón finalmente sólo se dejó sentir con relativa fuerza en el sur de las provincias de Pontevedra y Ourense, que se llevaron lo peor en cuanto a daños, incluso una víctima mortal. Pero en su recorrido hacia el norte se fue debilitando hasta el punto de que en concellos como Santiago apenas se notó el viento. ¿La razón? Expertos de MeteoGalicia dicen que la pérdida de fuerza se produjo en cuanto el centro de la borrasca entró en tierra gallega, tras recorrer el sur por el mar rondando su costa. La tormenta se "desorganizó" y se "deshizo", en palabras de los especialistas, que también apuntan a que en su paso sobre Galicia no hubo una disminución muy rápida de presión, que es una de las características de este fenómeno.

Pocos gallegos quisieron desafiar al feroz temporal que se pronosticaba para el sábado. Las advertencias provocaron que la mayoría se quedase en sus casas. Con este escenario, pasadas las diez de la mañana, Xynthia se empezó a dejar notar. Los primeros en recibir al ciclón fueron los ciudadanos del sur de la comunidad: como los de Vigo, donde las rachas de viento empezaban tímidamente por la mañana. Cuando el centro de la borrasca iba rondando la costa desde A Guarda el reloj ya marcaba las dos de la tarde: al tiempo que este núcleo seguía su recorrido por el mar, los vientos cogían fuerza y pasadas las tres de la tarde en la ciudad olívica se registraba la máxima racha: 147 km/h. En Ourense, donde la zona de montaña de Valdeorras registraba los máximos valores, el ciclón extratropical también hacía alarde de fuerza.

Fue en esta zona sur donde los ténicos de MeteoGalicia consideran que funcionaron "mejor" los pronósticos. "En Vigo o Celanova se rondaron e incluso superaron los 140 km/h; además en la estación del campus de la ciudad olívica, como dato curioso, se vieron perfectamente los cambios de temperatura cálidos y fríos asociados a este fenómeno: a las nueve de la mañana la temperatura era de 8 grados, a las doce del mediodía de 14 grados y con las ráfagas máximas de 15, para bajar después, a las siete de la tarde, a seis grados", afirma el técnico Juan Taboada.

Por Arousa

En cuanto el centro de la borrasca dejó de bordear la costa y entró en tierra gallega a través de la zona de Arousa, empezó a perder fuerza. "Se desorganizó", ilustra Taboada, que cree que ésta no es la única razón del debilitamiento. "Si fuese un ciclón tropical sí valdría la explicación, porque cogen su energía del agua del mar; en los extratropicales la formación es distinta", relata este técnico, que, a falta del análisis global, apunta otra clave. "Esta borrasca se llama así porque va disminuyendo la presión de forma muy rápida; pero no fue así y las rachas no tuvieron la fuerza esperada", señala.

El centro del ciclón abandonó tierra a última hora de la tarde tras pasar por ejemplo sobre Santiago, donde no hubo rachas superiores a 77 km/h. Se fue por un punto entre Malpica y A Coruña para situarse otra vez en el mar frente a Ferrol. El peligro seguía: los meteorólogos seguían atentos porque temían que en este paso por la costa norte recobrase su fuerza. Pero aunque en algunos puntos se volvieron a superar con creces los 100 km/h, el Xynthia despidió definitivamente Galicia a las diez de la noche por Burela y Ribadeo sin causar graves incidencias en las provincias de A Coruña y Lugo.

¿Estaba justificada la alerta roja? En MeteoGalicia creen que sí: "Las predicciones funcionaron bien al principio [sur] y no tanto en el norte, donde quizás lo más apropiado hubiese sido nivel naranja; pero debía primar la prevención y se estuvo cerca de que los vientos fuertes se generalizaran en toda Galicia".