La Audiencia Provincial juzgó ayer un caso similar al que se produjo el pasado martes de Carnaval en el casco antiguo de Pontevedra y que terminó con un joven de 22 años con una grave herida en el cuello. En esta ocasión, los acusados son dos jóvenes pontevedreses, Samuel D. D., de 23 años de edad, y R. O.G., de 21. Al primero de ellos se le imputaba un delito de lesiones como autor material de una agresión con un vaso de tubo y que ocasionó a otro chico un grave corte en el cuello. Al segundo se le acusaba de una falta de malos tratos.

El juicio se resolvió con una conformidad. Antes de que se iniciara la vista, un acuerdo entre las defensas, el fiscal y la acusación particular permitió que se rebajaran sensiblemente los cuatro años y medio de condena que se solicitaban inicialmente para el principal acusado. Así, Samuel D.D. reconoció los hechos que se le imputaban y aceptó una pena de dos años de cárcel que, en principio, le librará de entrar en prisión. El segundo acusado, R.O. C., también asumió una multa de 100 euros por la falta de malos tratos.

Los hechos que los propios acusados reconocieron como ciertos se produjeron sobre la una de la madrugada del día 10 de enero de 2008, cuando ambos se dirigieron a un pub situado en la calle González de Zúñiga en Pontevedra, detrás del santuario de la Peregrina. Allí se encontraron con la víctima y con un amigo suyo. Los acusados se empezaron a meter con este último y le llamaron "negro de mierda".

Cuando la víctima escuchó este insulto, salió en defensa de su amigo y les dijo a los acusados que "ya estaba bien", momento en el que ambos se encararon con él dándole patadas y golpes, por lo que la víctima se agachó. Cuando se levantaba, Samuel lo golpeó con un vaso a la altura del cuello, rompiéndose el vaso y causándole una herida por la que comenzó a manar sangre abundantemente. Como se secuela le quedó una cicatriz de 7 centímetros que se aprecia a simple vista. Sin embargo, los forenses indicaron que se trata de una secuela "reparable" con cirugía estética. El principal acusado debe indemnizar a la víctima con 22.000 euros, de los que 12.000 los abonarán sus padres.