"La víctima soy yo. He pasado tres días en los calabozos por una denuncia falsa de violación. El daño ya está hecho porque me han estigmatizado. Algo siempre quedará, aunque la juez me haya dejado en libertad sin cargos y el caso probablemente se archive puesto que ella reconoció que no era verdad y estaba dispuesta a pedirme perdón. Que ella se arrepienta no basta", asegura abatido el camarero de Nigrán acusado por una discapacitada de agresión sexual.

El joven, que quedó en libertad sin cargos el jueves por la noche, intenta ahora recuperar su vida. Los duros momentos por los que ha pasado, convencido de que todavía habrá alguien que le señale por lo ocurrido y que repercuta en su trabajo puesto que es camarero, han llevado a su abogada Montserrat Domínguez a adelantar que presentará denuncia contra la joven por denuncia falsa y los daños causados. "No se acreditó ni una violación, ni siquiera que hubiera relación carnal entre ellos", expone la letrada.

El auto de la juez, según pudo saber FARO, recoge que de todo lo actuado "no parecen motivos bastantes para estimar acreditados los hechos inicialmente denunciados por la víctima", cuya declaración califica de "vaga, dubitativa e imprecisa". La juez no descarta que la acusación de la joven respondiera "a un resentimiento" porque él no quería tener relaciones de pareja con ella.

Dolido

"Estoy muy dolido. Trabajo de cara al público y vinieron a detenerme al local, delante de los clientes, por haber abusado de una persona con la que sólo tenía relaciones de amigo. Me tuvieron dos días en los calabozos de la Guardia Civil. Al día siguiente me trasladaron a los juzgados de Vigo y estuve en los calabozos desde las diez de la mañana hasta las nueve y media de la noche, sin comer siquiera. No pude dormir en los tres días y el que no me conozca puede pensar que qué mala persona debo ser por abusar de una discapacitada. Y es mentira. Salí con la cabeza bien alta del juzgado y sin cargos", relata.

Expone que la chica tenía varias denuncias anteriores por coacciones y amenazas telefónicas a otros chicos. Para evitar que la situación se repita, a petición suya la juez dictó una orden de alejamiento por la que la joven no puede acercarse a él ni ponerse en comunicación.

"En el juzgado decían que tenía una incapacidad; yo lo que se es que es muy lista y sabía muy bien utilizar varias tarjetas de móviles y hacerse pasar por otras personas. Me acosaba por teléfono. Quiere tener un novio. Llamaba a mi hermano, a mis padres... Quise poner freno a todo y me advertía: como dejes de ser mi amigo te denuncio. Nunca pensé qué tipo de denuncia sería, pero lo hizo y fue la peor. Mi puesto de trabajo requiere cuidar mi reputación, no basta con que ella se arrepienta, por eso voy a demandarla por falsa acusación", concluye.