A la segunda fue la vencida. Alberto L. F., el joven pontevedrés de 21 años de edad que el 2 de octubre fue "cazado" por un radar de la Guardia Civil de Tráfico circulando a 249 kilómetros por hora en su motocicleta por la autovía de O Salnés, aceptó ayer una pena de 4 meses de cárcel tras llegar a un acuerdo con el Ministerio Fiscal, que inicialmente solicitaba para él seis meses de prisión por un delito contra la seguridad del tráfico.

Al margen de la pena de prisión y de acarrear con las costas del proceso por decisión del magistrado, el juzgado le retira el permiso de conducir y le prohibe ponerse a los mandos de cualquier vehículo a motor por el plazo de dos años y un día. Sólo cuando expire este plazo podría intentar de nuevo sacar el carné para volver a subirse a una moto, ciclomotor o cualquier automóvil. Un permiso de conducir que ayer Alberto L. F. tuvo que entregar en el juzgado al terminar la vista. La condena fue dada a conocer por el magistrado en la propia sala después de que ambas partes la aceptasen y anunciasen su intención de no presentar recurso.

Segundo juicio

El conductor compareció ayer de nuevo ante el juez del Penal número 1 de Pontevedra, después de que el pasado 6 de octubre fuera sometido a otro juicio rápido en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Cambados. En aquella ocasión el joven no aceptó la pena que solicitaba el fiscal y que ascendía a 6 meses de prisión y tres años y un día de retirada de carné. Al parecer, la defensa pretendía enfriar la presión mediática sobre el joven y éste no aceptó la petición del fiscal confiando en una rebaja más notable de la pena, que al final se redujo a cuatro meses.

El primer día el joven declaró que no era consciente de que circulase con su motocicleta a tan alta velocidad. Aseguró que iba tan rápido porque había recibido una llamada de su hermana en la que le alertaba de que su madre se encontraba mal en O Grove y que por eso circulaba a gran velocidad. A su paso por el kilómetro 14,900 de la autovía de O Salnés, en el término municipal de Sanxenxo, el radar móvil de Tráfico captó su motocicleta a 249 kilómetros hora, cuando la vía está limitada en ese punto a 100.

El joven también negó que la moto, una Yamaha de gran cilindrada, no contase con el seguro obligatorio correspondiente para evitar la multa. Explicó a los agentes que no llevaba consigo el recibo del banco porque había contratado la póliza recientemente y no lo llevaba consigo. La negativa a aceptar las penas solicitadas por el fiscal aquel día provocó que se celebrase esta segundo juicio rápido ya en el juzgado de lo Penal 1 de Pontevedra.

El joven evitó en todo momento que las cámaras de los medios de comunicación captasen imágenes de su rostro y no permaneció en el pasillo a la espera a que comenzase la vista. Durante el juicio mantuvo su cabeza tapada por una capucha.