Dos detenidos por un presunto delito penal de tráfico de drogas y varias actas que se tramitarán por vía administrativa por posesión y consumo de estupefacientes en un local público, es el balance provisional de una redada antidroga desarrollada por la Guardia Civil en un restaurante del Casco Vello de Baiona la noche del sábado.

Medio centenar de jóvenes, la mayoría vecinos de la zona, compartían mesa y mantel en una noche de ocio. Habían reservado con tiempo la cena y sobre las 11 de la noche se sirvieron los aperitivos.

Cuando las humeantes paellas y los braseros para la carne llegaban a la mesa, una quincena de agentes de la Guardia Civil uniformados irrumpieron en el comedor y procedieron a la detención de dos de los comensales, cuya identidad no ha trascendido, que al parecer eran investigados por presunto tráfico de drogas por un equipo de la jefatura de Pontevedra desde hace meses.

Los agentes registraron a otros jóvenes del mismo grupo y se incautaron de pequeñas cantidades de estupefacientes que tenían algunos, por lo que levantaron las actas administrativas correspondientes con objeto de sancionarles por consumo y tenencia de drogas. Los guardias civiles se situaron estratégicamente en el establecimiento, también en la cocina, para controlar los accesos y evitar fugas durante el registro.

Un amplio dispositivo de la Guardia Civil "tomó" sobre las once y media de la noche el Casco Vello de Baiona. Varios coches patrulla y una veintena de agentes controlaron el lugar, hasta el que se acercaron numerosos curiosos dada la espectacularidad del operativo.

El equipo policial contaba también con el apoyo de un perro especializado en la localización de estupefacientes, que accedió con los agentes al comedor previsiblemente en busca de algún alijo de droga, si bien no habría encontrado ninguna cantidad importante, según explicaron algunos testigos a FARO.

Cuando los agentes abandonaron el mesón llevándose a los dos jóvenes arrestados, todos sus compañeros se levantaron y se marcharon también. Dejaron la cena que habían encargado sobre la mesa y, al parecer, se fueron enfadados sin pagar, con el consiguiente quebranto para el hostelero que se vio sorprendido con la irrupción de la Guardia Civil en su negocio y se quedó sin clientela.

Todo apunta a que los agentes seguían muy de cerca a los dos jóvenes detenidos y que, al confirmarse su presencia en el mesón, aprovecharon la ocasión para arrestarles en el comedor y delante de todos sus amigos por miedo a que después lograran escabullirse.