Libertad bajo fianza de 20.000 euros. Pilotos y lancheros de la mayor red gallega de narcotransportistas desarticulada por la unidad de elite policial Greco Galicia entre enero y abril de este año, han vuelto a casa por decisión de la Audiencia Nacional. De los 34 detenidos en la "Operación Tabaiba", que permitió desmantelar la logística de las organizaciones más activas de Galicia herederas de los negocios del fallecido Manuel Abal Feijó, "Patoco", sólo sigue en prisión el cambadés Baltasar Vilar Durán, "Saro", que logró eludir durante unos días el cerco policial tras la aprehensión de 4.000 kilos de cocaína en una planeadora que los narcos incendiaron en Aguiño tras una persecución el pasado mes de enero.

El juez Juan del Olmo, titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, en quien ha recaído el caso, dejó ayer en libertad a los cuatro últimos presos preventivos tras depositar la fianza. Todos los autos coinciden en que ya no existe riesgo de fuga. El magistrado mantiene el embargo de la flota de embarcaciones y camiones incautados en la operación que inicialmente dirigió desde Cambados la juez Irene Roura, que ahora se ha inhibido en favor de la Audiencia Nacional. Con la "Operación Tabaiba" la Policía daba por desarticulada la red que monopolizaba el último tramo del transporte de la cocaína desde el mar hasta la costa.

La muerte de Manuel Abal Feijó, "Patoco", el pasado mes de noviembre en Vilagarcía tras arrollar con su potente moto a un peatón, que también falleció, no bastó para cerrar las diligencias secretas abiertas por la Audiencia Nacional sobre su patrimonio por un presunto blanqueo de capitales, ni las que se seguían por narcotráfico en un juzgado de Cambados.

La muerte de "Patoco" desató una guerra entre los grupos de lancheros gallegos para controlar el negocio y hacerse con los transportes de cocaína desde el barco nodriza hasta la costa. Algunas de las embarcaciones de Abal Feijó fueron robadas para realizar descargas de droga (caso de la joya de la corona, una lanzadera con siete motores que pareció varada en Nigrán), y otras incluso quemadas por las desavenencias de quienes querían repartirse su herencia.

El pasado 11 de enero una planeadora descargaba 4.000 kilos de cocaína en una cala de Muxía (A Coruña). Los tripulantes, sorprendidos por las fuerzas antidroga, optaron por encallarla en Aguiño y prenderle fuego antes de huir a pie. Comenzaba la primera fase de la "Operación Tabaiba".

En relación con este alijo el Greco Galicia arrestó como presuntos cabecillas del desembarco al cambadés Juan Carlos Fernández Cores, "O Parido" , sorprendido escondido tras un armario en su casa; al muxián Andrés García Gesto, del clan de "Los Lulús", que aseguró que buscaba un perro que se le había perdido en las proximidades del lugar de la descarga de la droga; y a Baltasar Vilar Durán "Saro", que tardó varios días en caer al haberse ocultado en un piso de Milladoiro y considerado por la Policía el mayor introductor de coca por las costas gallegas tras la muerte de "Patoco". "Saro" y "O Parido" habían trabajado durante un tiempo a la sombra del fallecido", considerado el gran proveedor de planeadoras para la descarga de droga en Galicia.

Además de las detenciones, la Policía intervino varias planeadoras, bidones de combustible y carros de transporte para las embarcaciones en una nave en Ribadumia, propiedad de "O Parido" situada estratégicamente a las orillas del río Umia.

La segunda fase de la Tabaiba llegó a mediados de abril. No se incautó droga, pero si cayó todo el aparato logístico de la considerada mayor red gallega de apoyo a los narcos. El número total de detenidos ascendía a 34 y se atacaba el entorno comercial acusado de ampararles y prestarles servicio en tierra, así como proveedores y suministradores de equipamientos y avituallamientos que, sin participar directamente en los grandes alijos, posibilitarían a sabiendas su transporte marítimo y la descarga de la droga.

Si con la cocaína de Muxía caían "O Parido", Andrés García Gesto y "Saro", que según los investigadores se habían convertido en alternativa a la red de "Patoco", en la segunda fase de la Tabaiba eran apresados los cuñados y varios familiares del fallecido que, según los investigadores continuaba con su negocio. Este es el caso de los hermanos Rogelio y Juan Manuel Fabeiro, hermanos de la viuda de "Patoco".