Un escenario bajo sospecha. La juez encargada de investigar el caso del guitarrista de una orquesta que supuestamente sometió a tocamientos a una menor de 11 años durante unas recientes fiestas en Vincios (Gondomar) quiere ver “in situ” el lugar del delito. Por eso, una de las pruebas que se realizarán durante la instrucción de este asunto será una inspección ocular en el palco en el que se produjo el presunto episodio de abusos, que no era un escenario al uso, sino el propio camión en el que el grupo musical se traslada de pueblo en pueblo para actuar en las verbenas.

Ese camión es propiedad del imputado, J.M.E.M., de 53 años, que reside en Ribeira. El vehículo se encuentra en la actualidad en esa localidad, por lo que la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Vigo tiene dos opciones para realizar esta prueba judicial: o el camión se traslada hasta la ciudad olívica o se efectúa la inspección en el propio municipio coruñés. Lo más probable es que se elija esta segunda alternativa, lo que obligará a juez, secretario y a algún miembro de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Vigo a viajar hasta allí en lo que se denomina una comisión judicial.

Contradicciones

La prueba se plantea ante las versiones contradictorias que han proporcionado víctima, acusado y testigos sobre lo ocurrido la noche del pasado 18 de septiembre durante la verbena de las fiestas de A Fraga. La menor relató que el guitarrista la llamó a ella y a dos amigas para que subieran al escenario -durante un descanso de la actuación del grupo- con la excusa de que iba a enseñarles varios instrumentos musicales. Una vez en el palco, el imputado la habría llevado a una zona apartada del camión lejos de la vista de todos -al parecer al lugar donde se cambian los músicos-, que sería donde se habrían producido los tocamientos que llevaron a la detención del hombre.

Lo relatado por la niña a los investigadores no coincide en su totalidad con lo que contó otra de las menores que subió al camión que, según informaron fuentes cercanas al caso, declaró que pudo ver los supuestos tocamientos desde el lugar en el que se encontraba. Y el acusado, por su parte, lo niega todo: el músico aseguró ante la juez instructora que las menores y otros jóvenes subieron por voluntad propia al camión y que, en relación a la supuesta víctima, él se limitó a bajarla de la batería a la que se había subido después de que ella misma se lo pidiese: dice que la cogió agarrándola por las piernas y que ese fue el único contacto físico que tuvo con la niña. Ante estos distintos relatos, la juez examinará el escenario para ver los compartimentos existentes, su ubicación y tratar de aclarar lo ocurrido aquella noche.

La inspección del camión no será la única prueba que se lleve a cabo en esta instrucción. Los expertos judiciales realizarán también una exploración psicológica de la víctima y probablemente también de las amigas que se encontraban con ella cuando ocurrieron los hechos. También se encargará a los guardias civiles encargados de la investigación, concretaron las mismas fuentes, que averigüen los motivos por los que las tres menores estaban en ese momento en la fiesta al parecer solas junto a una niña de 3 años. En cuanto al imputado, la juez lo dejó en libertad, pero con cargos y con la prohibición de entrar en la provincia pontevedresa. También debe comparecer una vez a la semana en los juzgados de su localidad.