Un polémico veredicto que por fin será sometido a examen. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) celebra mañana la vista en la que analizará el dictamen del jurado popular que absolvió de asesinato a Jacobo Piñeiro Rial, el joven que asestó 57 puñaladas a Isaac Al Daní Pérez, de 22 años, y a Julio Anderson Luciano, de 32, en un piso de la calle Oporto de Vigo la madrugada del 13 de julio de 2006. Tanto la Fiscalía como la acusación particular presentaron sendos recursos solicitando la anulación del juicio: el ministerio público planteará ante el Alto Tribunal gallego un nuevo procedimiento con otro jurado popular mientras que el abogado que ejerce la acusación privada demandará que el caso sea juzgado por un tribunal profesional.

“Es un veredicto escandaloso; un fallo del sistema”. Éstas eran algunas de las palabras pronunciadas por el fiscal-jefe vigués Juan Carlos Horro el pasado 20 de febrero, apenas unos minutos después de conocerse un veredicto que sólo consideraba culpable a Jacobo Piñeiro del incendio, delito por el que fue condenado a 20 años de prisión: el jurado lo absolvió de los asesinatos al considerar que no tenía intención de matar y que actuó en defensa propia y con “un miedo insuperable”. El dictamen sorprendió a todos y dejó desolada a la madre de Isaac, una de las víctimas. “Dejan en libertad a un asesino confeso; espero que les quede en su conciencia”, dijo entre lágrimas Marta Pérez Triviño dirigiéndose a los miembros del jurado. El rechazo al veredicto también se vio en la calle: un millar de personas se manifestaron en Vigo en una concentración convocada a través de la red social Facebook y también hubo otros actos de protesta en distintas partes de España y del mundo como Vitoria, Barcelona, Madrid e incluso Nueva York.

Alegatos

Ahora, casi siete meses después del veredicto que causó una gran alarma social se celebra la vista, para la que han sido citados el acusado y las partes. Cuatro magistrados del TSXG escucharán los alegatos planteados por la Fiscalía y la acusación particular. La defensa del autor confeso de los crímenes también ha recurrido, en su caso para pedir que se le imponga a su cliente la mínima pena por el delito de incendio del que sí fue declarado culpable.

Precisamente, la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, impuso a Jacobo Rial la máxima condena posible por el delito de incendio del que fue considerado culpable por parte del jurado popular. Y lo hizo por el grave riesgo que corrieron los vecinos del edificio en el que se produjeron los hechos, ya que el inmueble pudo explotar: tras matar a los dos jóvenes gays, el condenado prendió fuego al piso y abrió la espita del gas con la intención, según él mismo llegó a confesar, de que la vivienda “volase”.