La fiscal rebajó la petición de condena de diez años a cinco años y siete meses para dos de los atracadores que sustrajeron 536.000 euros en metálico y 100.000 euros en joyas del chalé del empresario José María Caamaño en Cuklleredeo (A Coruña), en febrero de 2007. Para el tercer ladrón que se sentó en el banquillo de los acusados, Robinson Santamaría, la Fiscalía también rebajó la pena que solicitaba inicialmente –cinco años– a tres años y medio. Santamaría se fugó a Colombia y sólo fue extraditado por el delito de robo con intimidación, por lo que no puede ser juzgado por el resto de delitos que se les imputan a sus dos compañeros.

Los abogados encargados de defender a los tres presuntos autores materiales del atraco y a las seis personas acusadas de blanquear el dinero aseguran que la fiscal y el letrado de Caamaño llegaron antes del juicio a un acuerdo con ellos sobre la petición de las penas. El Ministerio público mantuvo el pacto y rebajó su solicitud, pero la acusación particular, ejercida por Víctor Espinosa, mantiene sus exigencias iniciales. Es decir, ocho años para los asaltantes; tres, para los que blanquearon dinero; y doce, para los dos sospechosos de inducir el robo. Espinosa, sin embargo, niega haber alcanzado un acuerdo con las otras partes implicadas en el juicio antes de la celebración de la vista, que empezó la semana pasada.

En la sesión de ayer declaró un socio de Caamaño. El testigo propuesto por la acusación particular aseguró que conocía que Pablo Andrade, sospechoso de instigar a los atracadores, había amenazado al empresario cullerdense poco antes de que cuatro encapuchados entrasen en su domicilio, maniatasen a su mujer y a su hija y se llevasen dinero y joyas. La novia de Andrade, cuya defensa la ejerce el letrado Manuel Ferreiro, insistió en que el acusado nada tenía que ver con el asalto a la vivienda.

Los tres colombianos reconocieron durante el juicio, celebrado en la sección primera de la Audiencia Provincial, su implicación en el robo, pero negaron haber usado armas y amordazar a las víctimas. Los detenidos, que están en prisión provisional por estos hechos, aseguraron que sólo recibieron entre 30.000 y 50.000 euros del botín. Los ladrones acusaron a Erwin Vera, un venezolano en búsqueda y captura, de haber planeado el atraco y de usar la pistola y el puñal con los que intimidaron a la mujer.