Tecnología puntera al servicio de la lucha contra el narcotráfico. El Ministerio de Interior no escatima esfuerzos en ese propósito y prueba ahora frente a las costas de Galicia nuevos y sofisticados equipos para detectar las veloces planeadoras de los narcos. Estos mecanismos van ocultos en un camión de apariencia normal salvo por un importante detalle: el radar que lleva instalado en el techo visualiza el tráfico marítimo en un radio de 64 millas (118 kms.) de distancia y también es capaz de indicar las características de un barco y su posición náutica.

Fabricados por Terma, una empresa danesa especializada en telecomunicaciones militares y aeronáuticas, el destino de estas unidades a Galicia se produce tras “un repunte” de las operaciones de alijo de droga por clanes de las Rías Baixas, como por fin han reconocido fuentes de la lucha contra el narcotráfico a raíz del constante goteo de planeadoras incautadas e incendiadas tras supuestas descargas tanto de cocaína como de hachís en las playas gallegas. “Es una herramienta de gran utilidad”, asegura a este periódico un agente antidroga.

Hasta ahora, estos radares móviles sólo se empleaban en la vigilancia del mar Mediterráneo, con el doble objetivo de interceptar las pateras fletadas por inmigrantes africanos. En Murcia o Valencia, su utilización ha reducido “drásticamente” el tráfico de droga por mar, como así revelaron en 2008 las estadísticas del Ministerio de Interior correspondientes a esas comunidades autónomas.

De momento, en Galicia ya hay una de esas unidades móviles en marcha, y están operadas por personal especializado de la Guardia Civil. El pasado martes realizaron las primeras pruebas de rastreo desde la Costa da Vela (Cangas), aunque se moverán a lo largo del litoral gallego vigilando cualquier movimiento sospechoso en el mar.

El interior está provisto de varios monitores cuya información analizan dos agentes. El vehículo queda fijado en el suelo sobre dos pedestales, como si fuera una grúa. Durante cada jornada de observación permanece escoltado por agentes de paisano desde otros vehículos también camuflados, además de un todoterreno de apoyo de la Guardia Civil.

De no ser por el aparataje del techo, el camión podría pasar desapercibido. Por ese motivo precisamente se utilizarán sobre todo de noche y en lugares de la costa discretos y orientados hacia mar abierto.

“Es como un helicóptero de vigilancia pero desde tierra”

El camión que porta los nuevos equipos de rastreo de narcolanchas tiene su base en la sede de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra. “Todavía ha viajado poco por Galicia”, afirman fuentes de la Benemérita, que insisten en la “utilísima” herramienta que suponen esos radares móviles para sus investigaciones.

“Es como un helicóptero de vigilancia pero desde tierra”, razonan. Precisamente, el Ministerio de Interior probó hace unas semanas en las Rías Baixas una unidad aérea preparada para el rastreo nocturno, capaz de identificar en plena noche una moneda desde 500 metros de altitud.

Indica cuántos tripulantes, y si son hombres, mujeres o niños

El radar instalado sobre el camión responde a la nomenclatura de Scanter 2001 de Banda X de 25 kilowatios. Sus aspas miden unidas más de tres metros. Según las características oficiales que constan en los contratos firmados por la casa Terma con los gobiernos de Colombia o Bolivia cuando adquirieron los mismos equipos, la funcionalidad de este radar es espectacular no sólo por su alcance, de 118 kilómetros, sino por su detallado rastreo. Tan pronto como detecta una embarcación sospechosa se activan las cámaras infrarrojas para identificar el modelo del casco y sus ocupantes. Si estos se encuentran navegando a menos de 37 kilómetros (unas 20 millas) incluso puede concluir si son hombres, mujeres y niños.

Expertos consultados por este periódico explican que para que este sistema de vigilancia ofrezca la máxima fiabilidad “debe situarse el camión a bastante altitud, para que esas 64 millas de distancia sean reales y evitar así la curvatura de la tierra”.