Las víctimas pagaban entre 10.000 y 30.000 euros para venir a España, donde pasaban un tiempo hacinados en diferentes domicilios de Barcelona a la espera de ser trasladados a su destino final, que eran otros países europeos, según ha informado hoy este cuerpo policial.

Los detenidos, de entre 25 y 40 años, entre los que se encuentran los máximos responsables de la red en España, un hombre y una mujer, están acusados de los delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal, asociación ilícita y falsedad documental.

La organización, que tenía su sede operativa en Barcelona, traía a España a compatriotas chinos sirviéndose de pasaportes falsificados de diferentes países asiáticos que habían sido remitidos por otros miembros del grupo desde China a través de servicios de paquetería.

Los detenidos contaban con la complicidad de diversos establecimientos comerciales regentados por chinos, donde se recibían los paquetes con los pasaportes falsos, camuflados entre revistas y libros con doble fondo.

En los registros efectuados en un domicilio y dos establecimientos comerciales se intervinieron, entre otros efectos, dos pasaportes de la República Popular China, contratos de trabajo, certificados de empadronamiento de diferentes ciudades, fotografías de diferentes ciudadanos chinos y documentación diversa relacionada con la falsedad documental.