El que pasa por ser el hombre más odiado de Bélgica, condenado a cadena perpetua en 2004 por secuestro, violación y asesinato de varias niñas y jóvenes, fue trasladado el pasado diciembre de la cárcel de Ittre a una prisión considerada menos dura en Nivelles.

Dutroux reclamó entonces que trasladasen también de un centro al otro su ordenador, que en ese momento fue examinado por la Unidad de Crimen Informático, a petición de la Fiscalía de Nivelles.

En la memoria se encontraron imágenes pornográficas pedófilas que pertenecían a su dossier de instrucción y que había obtenido por vía oficial en 2005 cuando estaba recluido en Arlon (sureste de Bélgica), sin ser después obligado a eliminarlas.

La Fiscalía de Arlon, en cuyo Tribunal de Justicia se celebró el juicio, deberá ahora decidir si abre diligencias.

El "caso Dutroux" saltó a las primeras páginas de los periódicos en agosto de 1996, cuando la policía atrapó al pederasta, a su mujer y a otro de sus cómplices.

Dos días más tarde eran liberadas las niñas Sabine Dardenne y Laetitia Delhez, a las que Dutroux tenía secuestradas en el sótano de la casa.

Poco después, los investigadores exhumaron los cadáveres de otras cuatro víctimas, Julie y Mélissa (ambas de ocho años) y An y Eefje (de 17 y 19 años, respectivamente), enterradas por Dutroux tras haberlas violado en repetidas ocasiones y dejado morir de inanición.