Un cargamento de pescado congelado... con sorpresa. Un control rutinario de la Guardia Civil realizado ayer en el puerto de Vigo permitió el hallazgo de un alijo de más de 400 kilos de cocaína que venía camuflado en el interior de un contenedor. Esta carga ilegal llegó a la ciudad olívica en un barco procedente de Perú y se cree que la droga no iba a quedarse en la comunidad gallega, sino que su destino final era Barcelona.

El hallazgo de la sustancia estupefaciente se produjo a media mañana en el muelle vigués de Guixar, según confirmaron horas después fuentes oficiales del Instituto Armado. En el transcurso de un control aleatorio, un agente perteneciente al Punto de Inspección Fiscal localizó en el interior del contenedor de pescado congelado varias cajas que le infundieron sospechas. Ante esta situación, se procedió a avisar al Juzgado de Instrucción número 3 de Vigo -que es el que se encontraba en funciones de guardia- y, bajo esta tutela, se procedió a realizar un minucioso examen de la carga del contenedor, lo que permitió comprobar que entre el pescado había también mercancía ilícita: concretamente, un total de 23 cajas que contenían 414 kilos de cocaína.

El contenedor había llegado el pasado viernes día 3 de marzo al puerto vigués a bordo de una embarcación procedente del puerto del Callao (Perú). La Guardia Civil ya ha procedido a abrir una investigación para tratar de determinar quiénes son los responsables de este alijo y las circunstancias en las que llegó a Vigo. Por el momento, y a falta de que concluyan las indagaciones de la Benemérita, se tienen sospechas de que la droga no iba a quedarse en Galicia, sino que su destino era Barcelona. Las fuentes consultadas no precisaron si el contenedor iba a ser trasladado en otra embarcación o el viaje se realizaría por carretera.

Precinto

Una vez hallada la droga, se procedió a su precinto. El procedimiento habitual es proceder a su análisis por parte de Sanidad Exterior, para conocer cuál es su pureza, y, posteriormente, destruirla.

El de ayer no ha sido un caso excepcional. “Esto es muy habitual”, afirmaba un camionero del puerto vigués, quien señaló que, tras producirse el hallazgo de la droga, nadie suele reclamar el contenedor. Y es que la entrada de droga tanto a través del puerto de Vigo como del de Marín suele producirse con cierta frecuencia. La propia Fiscalía Antidroga de Pontevedra ya ha mostrado en más de una ocasión su “especial preocupación” por esta problemática.

El método utilizado es el del “gancho ciego”, en el que las bandas esconden la droga en un contenedor y la mezclan con mercancía lícita. En el caso de ayer los controles funcionaron y se logró aprehender la cocaína antes de que esta sustancia llegase a su destino final, pero no siempre es así, tal y como ha advertido en una de sus últimas memorias anuales la Fiscalía. En este sentido, el Ministerio Público alertó de que no se tiene la seguridad “de un control suficiente” sobre posibles envíos de narcóticos escondidos en contenedores, tanto de los que llegan a Vigo o Marín, como de los que viajan hacia Galicia procedentes de puertos portugueses. En todo caso, se han producido avances en el control de este tipo de narcotráfico: el puerto vigués cuenta con un escáner para el control aduanero de este tipo de mercancías ilícitas.

Otros casos: alijos camuflados entre madera o frutas tropicales

El método es similar. Lo único que cambia es la mercancía lícita entre la que las bandas deciden camuflar la droga para intentar, a veces sin éxito, que pase inadvertida. En los últimos años han sido numerosos los alijos de cocaína incautados en contenedores en el puerto de Vigo. Uno de los últimos casos se produjo el verano pasado, cuando en otro control rutinario realizado por la Guardia Civil los agentes encontraron 200 kilos de cocaína escondidos entre fruta tropical, concretamente entre papayas. En aquella ocasión el barco procedía de las Antillas Holandesas, en el Caribe.

En otro operativo llevado a cabo en esa ocasión por efectivos de la Agencia Tributaria, se interceptaron un total de 150 kilos de cocaína camuflado en un cargamento de madera procedente de Perú.