En el banquillo se sentó un hombre de 67 años que supuestamente exhibió sus genitales ante un menor de 16 cuando el joven estaba orinando en los baños. Y no sólo esto: el fiscal también lo acusa de acosar al adolescentes para que lo acompañara al mesón que regenta a ver películas pornográficas “y lo que surgiese” e incluso de realizarle una oferta económica para hacer un film de este tipo. La acusación pública solicita que sea condenado a un año de cárcel por un delito continuado de exhibicionismo y el abogado del chico eleva esta petición a un año y diez meses al considerarlo también responsable de intento de corrupción de menores.

Todo ocurrió en febrero de 2008. El adolescente solía ir todas las tardes a la estación, tras concluir la jornada escolar, para coger un autocar de vuelta a su casa en Porriño. Uno de esos días entró en el baño. Y tras él, según declaró en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo, fue el supuesto exhibicionista. Allí el hombre le mostró al parecer los genitales. Y todavía más, porque cuando el joven abandonó el baño, lo volvió a seguir y empezó a hacerle proposiciones de todo tipo: desde ofrecerse a llevarlo en su vehículo hasta Porriño hasta invitarlo a su bar para ver juntos una película porno “o lo que surgiera”. También está acusado de hacerle proposiciones económicas. “Le preguntó si tenía la Play o DVD; le dijo que le pidiese lo que quisiese”, dijo el fiscal en el juicio.

El acusado logró el teléfono del menor usando un “ardid”, en palabras del fiscal. Al día siguiente el hombre le hizo una recarga telefónica, una estrategia que, según la acusación, es común entre los acosadores de menores para ganarse su confianza.

Rechazo

Pese a las negativas del menor, el sexagenario insistía, por lo que el chico acabó le relató lo ocurrido a su madre. Días después se lo contaron al padre, que decidió acompañar a su hijo a la estación El acusado estaba allí, el menor entró solo en el baño y se repitió supuestamente el exhibicionismo. Entonces el padre se encaró con él. “¿Porqué no me propones eso a mí”, le dijo. El hombre, que se había dado cuenta de que alguien lo “espiaba”, pidió perdón y se fue.

Los psicólogos dieron total veracidad al testimonio del menor. El acusado, mientras, lo niega todo. El hombre relató que a su mesón (que también funciona como pensión) solían acudir jugadores de la cantera juvenil del Celta y que nunca había tenido problemas de este tipo con menores. En ese sentido, señaló que se acercó a la supuesta víctima en la estación porque creía que era uno de estos deportistas. Pero que no tenía ninguna mala intención. Se acercó y comprobó que no era quien pensaba. Pero contó que lo vio “preocupado”, porque “lo seguían”, y se ofreció “para protegerlo”. El fiscal insistió en que miente, pero su abogada pidió su absolución al considerar que todo fue una “trama” del menor.