Dos años y ocho meses de prisión. Ésta es la condena impuesta por el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo a un vecino de Baiona de 38 años por abusar sexualmente de su hija, que tenía 3 años cuando sucedieron estos hechos. El acusado llegó a admitir en el juicio que se desnudó y se puso sobre la menor, pero aseguró que no hubo ningún tipo de roce o tocamiento y que su única intención era que su mujer lo viese y se divorciase de él. Una versión que no se creyó el fiscal y a la que ahora tampoco da crédito el magistrado, que, igual que hizo el ministerio público, la califica de “insostenible”.

Todo ocurrió la tarde del 31 de agosto de 2008. El ahora condenado se desnudó de cintura para abajo ante la menor y se puso encima de ella tras sacarle a ésta el pañal. La esposa, que había salido con el otro hijo, lo sorprendió abusando de la niña en el dormitorio nada más llegar a la casa. Tras los hechos, este baionés admitió que cuando cambiaba los pañales y limpiaba a su hija se solía excitar. Pero en el juicio cambió totalmente su versión y dijo que lo había planeado todo con la única intención de que su mujer lo viese y se separase, ya que no aguantaba más el matrimonio y temía que ella se suicidase si era él quien tomaba la iniciativa de la ruptura. El fiscal argumentó en el juicio que si tenía miedo a que su esposa se quitase la vida si le pedía el divorcio, mayor daño le haría si lo veía abusando de la niña. Por eso no dio ninguna fiabilidad a este alegato, como tampoco lo hace el juez, que le condena por un delito de abuso sexual en el que le aplica dos circunstancias agravantes: la primera, que existe una situación de superioridad del agresor con respecto a la víctima y, la segunda, el especial desvalimiento de la niña, no sólo por su corta edad, sino también porque padece un raro síndrome que la hace depender de los demás.

La acusación pública solicitaba una condena de tres años de cárcel, pero el magistrado rebaja la pena a dos años y ocho meses al tener en cuenta, en favor del reo, que sufre una inteligencia límite y una minusvalía derivada de sus problemas auditivos. Algo que, en todo caso, no le exime de su responsabilidad ni limita su imputabilidad. Tras conocer el fallo condenatorio, la Fiscalía mostró su “satisfacción” con el mismo ya que recoge todos los argumentos que expuso en la vista oral.