La muerte del joven de 21 años Ramón Ortega Quina, cuyo cuerpo apareció en una acera de la calle Torrecedeira de Vigo la madrugada del pasado viernes, ya se considera policialmente un homicidio o asesinato. La autopsia realizada al cadáver parece determinar sin ningún género de duda que los signos de violencia que presentaba en su cabeza no fueron casuales, sino causados por una persona que quizá pudo haber sido ayudada por algún cómplice. La Policía Nacional cuenta con una pista sobre un posible sospechoso del crimen.

El golpe y la herida inciso contusa que tenía el joven en la parte superior de la cabeza fueron provocados por un objeto contundente y el examen forense parece haber concretado que podría tratarse de un "nunchako" (arma de origen oriental utilizada en artes marciales) u otro objeto de similares características. No obstante, no se descarta que este artilugio pudiese haber sido manipulado para que alguna de sus partes terminase en punta, ya que en la herida se podía apreciar un pequeño y profundo pinchazo.

Las investigaciones policiales se están llevando a cabo con diligencia para dar con el presunto autor y posibles cómplices de la muerte de este joven, un soldador que formaba parte de la plantilla del "Grupo Gaypasa", empresa ubicada en el parque tecnológico de Valladares. Durante toda la jornada de ayer, como también ocurrió el viernes, la Policía Nacional tomó declaración en comisaría a diversas personas con el fin de aclarar algunos puntos, todavía oscuros, de este crimen. A media tarde de ayer todavía no se había producido ninguna detención aunque los investigadores tenían ya a un posible sospechoso.

El joven fallecido, natural de Lleida y con una hermana de 23 años, vivía actualmente con su madre y su padrastro en un piso de la zona viguesa Coia. Hasta los 19 años residió en la parroquia redondelana de Chapela y antes ya lo había hecho en As Neves.

Sus antiguos vecinos de Chapela mostraban su sorpresa por el crimen y señalaban ayer que el joven, igual que su familia, siempre fue muy apreciado en la zona. "Nunca tuvo ningún problema", insistieron. Incluso se acuerdan de cómo en una ocasión le robaron una Vespa que acababa de comprar y se llevó un "gran disgusto".

Familia

El padrastro del fallecido, José Alonso, es el tío de la joven Sara Alonso, la camarera asesinada en Vigo en septiembre de 2004 y cuyo cadáver apareció casi un mes después en un paraje de San Miguel de Oia. La muerte de esta chica causó una gran conmoción en la ciudad y el ahora fallecido participó en las labores de búsqueda de Sara, acudiendo además a concentraciones y al entierro de la chica.

Respecto a la relación de Ramón con su ex novia, quien vive en un domicilio próximo a donde el joven falleció, la familia resalta que era "buena". La joven acudió ayer al tanatorio acompañada de su madre.