Un joven de 21 años, Ramón Ortega Quina, un soldador natural de Lleida que en la actualidad residía en un piso de Coia (Vigo), fue hallado la pasada madrugada muerto con signos de violencia en una acera de la calle Torrecedeira de la ciudad olívica. Su cadáver, que apareció al lado de una cabina telefónica, presentaba una herida inciso contusa de gran tamaño y profundidad en la parte superior de la cabeza producto de un fuerte golpe. La Policía Nacional permanecía ayer a la espera del resultado de la autopsia para confirmar si la muerte es consecuencia de un homicidio, que es la principal hipótesis con la que trabajan los investigadores, que sospechan que el joven fue golpeado con un objeto metálico contundente. La víctima residió en su adolescencia en el municipio pontevedrés de As Neves, de donde es originaria su familia paterna, y más tarde en Redondela con su madre y una hermana mayor.

Un vecino de un edificio fue quien sobre las tres y media de la madrugada dio aviso al 091, por lo que se trasladaron al lugar varias patrullas de Seguridad Ciudadana. Los agentes, al ver el cadáver, entre los números 12 y 14 de Torrecedeirra, dieron aviso al Grupo UDEV de Homicidios y a la Policía Científica. La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, que estaba de guardia, fue informada del suceso y se trasladó al lugar acompañada de un médico forense. Una vez examinado el cuerpo y después de que los agentes de la Policía Científica tomasen fotografías de la zona y de las huellas de sangre que había en la acera, en torno a las seis y veinte de la madrugada un furgón de Emorvisa trasladó el cadáver, por orden judicial, al Hospital Nicolás Peña para la práctica de la autopsia.

Informe

El informe forense es clave en este caso, ya que deberá determinar si el joven fue víctima de un homicidio o si su muerte fue consecuencia de un accidente, una hipótesis que, a la vista de las características de la herida craneal, casi se da por descartada. De hecho, en un primer momento se llegó a sospechar que el fallecido se hubiese caído desde algún inmueble, algo que se desechó rápidamente. En la jornada de ayer ninguna fuente policial oficial ofreció detalles sobre lo ocurrido debido a que la juez de guardia decretó el secreto sumarial.

En todo caso, según pudo saber este periódico, la hipótesis del homicidio cobra fuerza ya que la herida inciso contusa que presentaba el joven en la cabeza se cree que fue realizada con un objeto contundente que podría estar provisto de una especie de filo o incluso acabado en punta.

La Policía requirió a un retén de bomberos para que vaciara los contenedores de una isleta de reciclaje próxima, por lo que la hipótesis de un acto violento cobra mucho más fuerza.

¿Qué es lo que buscaba la Policía? Esta incógnita parece fácil de descifrar ya que, a la vista de las heridas que presentaba la víctima en la cabeza, todo indica que trataban de encontrar algún objeto o arma que pudiera haber sido utilizada en la muerte del joven y, que por ahora, al parecer, todavía no ha sido hallada. Lo que sí se ha podido saber es que el joven carecía de antecedentes y que una chica con la que mantuvo una relación sentimental tiene su domicilio en un piso cercano a donde se encontró su cadáver. Esta joven compartiría actualmente su vida sentimental con otra persona. Vecinos de la zona comentaban ayer que la persona que avisó a la Policía sobre el hallazgo del cuerpo habría visto como una persona corría hacia la escaleras que dan a Santa Marta.