En la isla de Hercy, frente a la costa occidental de Noruega, hallaron los bomberos en la madrugada de hoy los cadáveres de cuatro personas, de entre 17 y 22 años, en una casa unifamiliar que fue pasto de las llamas.

La policía no descarta que haya más víctimas entre los 20 jóvenes que se supone habían acudido a una fiesta.

La víspera murieron otras seis personas en un incendio declarado, también de madrugada, en un inmueble de cuatro pisos en Oslo, la capital, del que no pudieron escapar al estar bloqueada la salida de emergencia.

Según explicó uno de los supervivientes a medios locales, tampoco funcionó la alarma porque los detectores de humos estaban apagados.

La Policía noruega comunicó que el fuego sorprendió a los 33 habitantes de este bloque de viviendas cuando la mayoría estaba durmiendo.

Pudieron salvarse los que se habían refugiado en la azotea y los que se habían encaramado al alféizar de la ventana en espera de ser rescatados por los bomberos.

Según explicó la Policía, el hueco de la escalera estaba en llamas y no podía ser utilizado como vía de escape. Tampoco la puerta trasera que, según los inquilinos, estaba cerrada, una versión que rechazan los dueños del inmueble.

Todavía se desconoce el origen del fuego, pero la Policía no descarta que fuera provocado. No obstante, "es demasiado pronto para decir algo", explicaron sus portavoces después de asegurar que se investigan todas las posibilidades.

Seis personas murieron hace un mes al declararse un incendio en un piso habitado por trabajadores polacos en el centro de Drammen, a 40 kilómetros de Oslo.