Diecisiete años de prisión. Esta es la pena de cárcel que finalmente deberá cumplir Claudio Esperón Carballa, de 39 años, por el asesinato del cambadés Ramón Outeda Dopazo, a las puertas de su casa de A Modia, el 15 de junio de 2005.

La sentencia, dictada por la Audiencia Provincial de Pontevedra, se dio a conocer ayer después de que el pasado 14 de noviembre un jurado declarase al acusado culpable de un delito de asesinato.

De acuerdo con el veredicto emitido por el tribunal popular, se considera probado que aquel 15 de junio, sobre las 12 horas, Claudio Esperón se dirigió al domicilio de Outeda -quien entonces tenía 59 años- conduciendo un Renault Clío con el que accedió al interior de la finca. Tras preguntar por Ramón, abandonó el domicilio ante el requerimiento de la esposa del fallecido para que retirase su coche, ya que obstaculizaba la salida del suyo. Claudio Esperón regresó minutos más tarde y, tras cruzar unas palabras con la víctima, le disparó dos tiros con un revólver. La primera bala impactó en el ojo y se alojó en el cerebro. El segudo tiro, efectuado cuando Outeda ya estaba en el suelo, fue directo al corazón. Ambos disparos, realizados a muy corta distancia, fueron mortales de necesidad. Añade el fallo que Esperón "disparó a Ramón de manera sorpresiva" y sin posibilidad de defensa.

La magistrada da por buenos los argumentos del jurado para determinar la culpabilidad de Claudio Esperón: el alquiler de un vehículo Renault Clío similar al que usó el asesino de Outeda, los testimonios de la nuera y la viuda del fallecido -quienes reconocieron al acusado como la persona que acudió al domicilio familiar buscando a Ramón Outeda- y el hallazgo del arma homicida en su poder varios años después cuando fue detenido en Lalín por unos robos.

Además, destacan que Claudio Esperón conocía a la víctima, ya que también es vecino de Cambados, localidad que en la que vivió hasta los 25 años.

La Audiencia prohíbe al acusado acercarse a la familia de Outeda durante diez años y fija unas indemnizaciones de 90.000 euros para la viuda del fallecido y de 30.000 para cada uno de sus tres hijos.

Lo que no ha conseguido aclarar este proceso judicial es el móvil que llevó a Esperón a acabar con la vida de Ramón Outeda. En principio se habló de un ajuste de cuentas. Tal y como recordó el fiscal en sus conclusiones, se abrieron múltiples líneas de investigación y se indagó en los "ambientes del narcotráfico" en los que quizá Outeda pudiera haberse encontrado "algún problema". Sin embargo, "ninguna de ellas dio resultado". Por ello, reconoció que el motivo del crimen "quizá nunca se sepa". Esperón suma esta condena a otra impuesta recientemente de 13 años y medio de cárcel por detención ilegal, dos robos y la tenencia del arma que precisamente le inculpó en este crimen.