María José Dasilva, la mujer de 41 años natural de Vilanova de Gaia (Portugal) que sobrevivió al accidente ocurrido el jueves en Oia donde murieron dos de sus hijos y su actual compañero, seguía ayer por la noche en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Povisa en estado crítico y se debate entre la vida y la muerte.

El parte médico emitido por el centro sanitario vigués ayer informaba de que la mujer estaba sometida a ventilación mecánica y "en una situación hemodinámica muy inestable", temiéndose por su vida, como ayer por la noche se comentaba entre miembros de su entorno familiar más cercano. Ingresó el jueves en el hospital con politraumatismos muy graves y fue intervenida.

Mientras, al tanatorio Baixo Miño, en Guillarei (Tui), llegaban ayer los cuerpos sin vida de su compañero, Anibal Simao Pinto, de 31 años y nacido en Felgueiras (Portugal), así como de sus hijos Fernando Fonseca Silva, de 17 años, fruto de un matrimonio anterior, y de la pequeña Isabel Almeida Lopes, de 16 meses, nacida en el Val Miñor, fruto de la unión de la pareja que se había instalado en Oia.

En torno a las siete y media de la tarde acudieron al tanatorio los hijos mayores de María José, Fabio y Arturo, que se desplazaron desde Sepúlveda (Segovia) en cuanto conocieron el fatídico suceso. Estaban acompañados de amigos con los que realizaron el viaje y también por vecinos de Oia que les apoyan en estos difíciles momentos, tras el accidente que ha conmocionado a todo el municipio.

Los restos del joven Fernando Fonseca y de la bebé Isabel Almeida se velarán hasta mañana en el tanatorio Baixo Miño de Tui. En la mañana del mismo domingo serán trasladados hasta el cementerio de la parroquia de la Magdalena, en la población portuguesa de Vilanova de Gaia, de donde es natural su madre.

Mientras, los restos mortales de Anibal Simao recibirán sepultura hoy, a las cuatro de la tarde (hora portuguesa), en el cementerio del lugar de Penacova, de Felgueiras (Portugal), donde previamente habrá el velatorio.

Es el final de una familia que comenzó una nueva vida hace dos años, cuando se trasladó al Val Miñor, donde nació la pequeña Isabel. Les gustaba la zona y decidieron trasladarse desde Cantabria, donde ambos trabajaban, para vivir en Baredo (Baiona). María José estuvo como empleada en el bar Áncora, mientras su pareja lo hacía en el ramo de la construcción, en la descarga de pescado y, el pasado verano, en el picadero de Oia. Desde hace poco tiempo vivían en una casa de estas instalaciones. La pequeña Isabel acudía a una galescola y el adolescente Fernando se estaba preparando para unos cursos en Gondomar.

En la actualidad María José y Aníbal estaban desempleados, pues el bar Áncora cerró sus puertas hace un mes. Precisamente el grave accidente ocurría cuando se dirigían a Baiona, donde Aníbal iba a tramitar la documentación para el paro.