La desaparición de Madeleine McCann en el Algarve portugués pasará a engrosar la ya larga lista de casos de desaparición de menores sin resolver. La Fiscalía General de Portugal decretó ayer el archivo del caso por falta de pruebas, cerrando así el proceso sin imputados. De esta forma, tanto Kate y Jerry McCann (padres de la niña), como Robert Murat, los tres sospechosos oficiales a lo largo de estos catorce meses de investigación, son libres de cualquier cargo relacionado con la desaparición de la pequeña Maddy, de 4 años, que desapreció del apartamento del Algarve donde pasaba las vacaciones con sus padres.

El Fiscal General portugués, Fernando Pinto Monteiro, considera que no hay indicios para seguir nuevas pistas y encontrar a la pequeña, como tampoco "suficientes pruebas de ningún crimen" cometido por los padres de Madeleine, Jerry y Kate McCann, o el inglés Robert Murat, los tres sospechosos oficiales hasta ahora, por lo que decidió cerrar el caso sin imputados.

Previamente, los tres "argüidos" ganaron varias demandas a distintos medios de comunicación, por informaciones difamatorias difundidas sobre ellos, gracias a las cuales los McCann se llevaron 715.000 euros de "Express Newspaper", y Murat 800.000 euros, que denunció a un total de once cabeceras británicas.

Con el archivo del sumario se abre una nueva fase en el "caso Madeleine". Ahora los McCann podrán acceder a mucha información que era considerada clasificada, que esperan poner en manos de detectives privados que contrataron, y que pueden servir para reavivar el caso, y encontrar nuevas evidencias, "serias y relevantes", que puedan llegar a reabrir la investigación, como recoge un comunicado de la Fiscalía.

El lacónico comunicado de diez líneas que admitió hoy el fracaso de la justicia portuguesa en 14 meses de investigación sobre la desaparición de Madeleine McCann cerró oficialmente un caso que deja abiertas muchas interrogantes.

La Fiscalía lusa no entró en detalles sobre los testimonios y diligencias periciales que llevaron a la policía a declarar sospechosos a los padres de la niña británica, Kate y Gerry McCann, ni se pronuncia sobre algunos de los detalles que las autoridades policiales y la prensa lusa ya revelaron. El más importante, que arrojó las sospechosas más fuertes sobre la implicación de los McCann en una hipotética muerte accidental de su hija, fueron los vestigios de sangre y de presencia de un cadáver en su domicilio, ropa y efectos personales así como en el maletero del automóvil que alquilaron después de perder a su hija.