Trágico accidente en la A-52. Dos obreros -un vigués de 52 años, Gerardo A.R., y un vecino de Marín de 34, Jaime Enrique M.D.- murieron ayer en un siniestro ocurrido a las tres y media de la tarde en la autovía Rías Baixas, a la altura del municipio ourensano de Melón, al colisionar por alcance la furgoneta en la que viajaban contra un camión. Otros dos operarios que viajaban con los fallecidos resultaron heridos, uno de ellos graves: el pontevedrés A.D.N., de 32 años y que conducía el vehículo, y el marinense José Antonio G.F., de 22. Todos regresaban de una jornada laboral en Verín.

Testigos relataban ayer que el siniestro fue "tan fuerte" que la furgoneta se redujo "a un amasijo de hierros" y quedó volcada, por lo que fue necesaria la actuación del Grumir de Ribadavia para llevar a cabo las labores de excarcelación de los cuerpos. Los obreros, que circulaban en un vehículo de la empresa "Ferroblan", se dirigían en el momento del siniestro hacia sus domicilios situados en la provincia de Pontevedra, después de haber estado trabajando en la zona de Verín.

Como consecuencia del impacto, dos de los ocupantes de la furgoneta -el vigués residía en la zona de Segade- fallecieron en el acto sin que los efectivos del 061 allí desplazados pudieran hacer nada por salvar sus vidas. De hecho hasta el lugar también se había trasladado un helicóptero que ya no se llegó a utilizar. En cuanto a los heridos, el joven marinense José Antonio G.F. resultó herido grave, con policontusiones, y el pontevedrés sufrió contusiones leves y heridas incisas profundas en ambas manos. Ambos fueron evacuados al Complexo Hospitalario de Ourense.

Mientras, el conductor del camión, Santiago G.R., vecino del municipio coruñés de Melide, resultó ileso y siguió viaje hacia Vigo después de que guardias civiles allí desplazados le dieran instrucciones de que reemprendiera la ruta, ya que el vehículo tenía escasos daños. Por lo que respecta a la furgoneta, una grúa fue la encargada de retirar los restos esparcidos por la carretera. También se procedió al levantamiento de los cadáveres tras la correspondiente orden judicial.

Debido a la magnitud del accidente, hubo retenciones de más de cuatro kilómetros. Una testigo señaló que durante media hora no pudieron avanzar y optaron por apagar el motor de los vehículos. El tráfico recuperó la normalidad pasadas las cuatro de la tarde, después de que el camión implicado emprendiera de nuevo el viaje y, de este modo, se pudiera habilitar uno de los dos carriles con los que cuenta la autovía.

Incendio

Pero este trágico accidente no fue el único registrado en este tramo de la autovía. Sólo una hora antes, a la altura del mismo concello, un coche comenzó a arder por causas que se desconocen. En este caso no hubo heridos, pero el fuego ocasionó un pequeño incendio forestal ya que se extendió a la cuneta y a montes cercanos a la carretera.