Durante los últimos tres años los miembros de esta organización cometieron numerosos atracos en diversas entidades bancarias por todo el territorio nacional. Los detenidos son dos varones argentinos de 36 y 25 años de edad. En total se les imputa la comisión de trece robos con violencia y un homicidio en grado de tentativa.

Los integrantes de la banda argentina se desplazaban periódicamente desde su país para cometer los atracos y abandonaban España tras el golpe que previamente habían planificado. En muchas ocasiones colocaban en la puerta de acceso al banco un mecanismo que simulaba ser un artefacto explosivo, para impedir ser perseguidos por alguna de las víctimas o testigos y así poder huir.

En un atraco en Gijón, en 2006, dos hombres armados con pistolas se apropiaron de 12.720 euros. Además de armas llevaban en las manos sendos artefactos explosivos que, posteriormente, resultaron ser falsos, y que dejaron adosados mediante ventosas a la puerta de entrada para evitar ser perseguidos. Esa fue la puesta de largo de 'la banda de los explosivos' y desde ese momento se activaron todos los dispositivos tendentes a su localización, revisándose los vídeos de seguridad del banco.

La Unidad de Delincuencia Violenta y Especializada de la Comisaría de Gijón logró determinar la presunta autoría y participación en atraco de una banda de ciudadanos de nacionalidad argentina, que también habían actuado ese mismo año en Santander y Torrelavega. Sin embargo, sus constantes viajes a Argentina de sus miembros dificultaron la localización y detención de estos delincuentes.

IDENTIFICADOS EN MADRID

Tras una ardua investigación se pudo lograr la plena identificación y detención de los miembros de la banda. El día 9 de junio se cometió un atraco a punta de pistola en una sucursal bancaria de la capital de España. La Policía, tras comprobar la participación de los sospechosos en los hechos, estableció un dispositivo para su localización.

A las pocas horas del robo, los dos detenidos fueron sorprendidos cuando trataban de abandonar su domicilio, al que acudieron para dejar las armas, esconder el botín y cambiarse de ropa. En el registro de la vivienda se encontraron más de 20.000 euros y las dos armas de fuego que utilizaron en el atraco. En las inmediaciones del lugar también se encontró el vehículo que usaron para huir, que se demostró que era robado.

Los atracadores eran especialmente hábiles a la hora de cometer los asaltos, y por lo general no causaban víctimas, aunque no dudaban en usar la violencia si se les oponía resistencia. De hecho, en un robo cometido en Madrid, llegaron a disparar dos veces contra el vigilante de seguridad, que salvó su vida milagrosamente gracias a que los proyectiles impactaron en la hebilla del cinturón.