La culpa fue de la PlayStation y la adicción a un videojuego, el 'Mortal Kombat'. El joven dominicano acusado de matar a su hijastro en Reus (Tarragona) porque no le dejó acabar una partida a la videoconsola respondió hoy ante el juez por estos hechos en la primera sesión del juicio. Luigi D.G. dijo sentirse arrepentido, pero afirmó que "si no hubiera tenido la Play no habría pasado nada". En concreto, el acusado se declaró "enloquecido" por el sangriento juego de lucha 'Mortal Kombat', en el que perdió a causa de que el niño, de once meses, apretase un botón.

La sesión del juicio por este dantesco crimen fue extremadamente tensa por la presencia de un grupo de familiares de la víctima que increparon y amenazaron en varias ocasiones al acusado. A Luigi D.G. se le imputa la muerte de su hijastro, a quien agredió el 1 de septiembre de 2007 por no dejarle acabar una partida a la videoconsola. "Si no hubiera tenido la Play no habría pasado nada", reconoció el sospechoso, que reconoció que está "enloquecido" por el juego 'Mortal Kombat'.

Precisamente cuando se encontraba disfrutando de este violento juego llegó el pequeño y apretó un botón que hizo que le mataran en la partida. El acusado reconoció que reaccionó golpeándole, aunque entre sollozos no logró recordar cuántas veces le había pegado ni dónde. Dijo sentirse "arrepentido" por estos hechos que ni el propio autor se explica, ya que "quería muchísimo" al niño.

La madre del bebé fallecido también declaró hoy pero, en su caso, la comparecencia se realizó a puerta cerrada. Sus palabras no han trascendido, si bien testigos señalaron que no ha "declarado contra el acusado". Ante los medios, la mujer negó que actualmente exista una relación sentimental entre ella y el presunto asesino de su hijo, aunque la defensa precisamente esgrime las visitas de la madre al acusado en la cárcel. A estos encuentros, también llevó la hija de ambos, nacida poco después del crimen.

La Fiscalía, la acusación particular y la acusación popular, ejercida por la Generalitat, solicitan una condena de 20 años de prisión para el acusado al considerar el crimen un asesinato con el agravante de parentesco. En cambio, la defensa pide la absolución o como máximo un año de pena por homicidio imprudente.

"Asesino, tendrás que morir"

La tensión caracterizó la primera jornada de este juicio por la presencia de familiares de la víctima. Dado que a la entrada de Luigi D.G. no pudieron verlo, subieron a la planta en que se celebraba la vista y, cuando el acusado estaba a punto de entrar a la sala, la increparon y le gritaron "Asesino, tendrás que morir". Incluso una mujer trató de agredirle.

Los familiares también esperaron al imputado a la salida, cuando se abalanzaron contra el coche policial que lo trasladaban, de nuevo al grito de "asesino".