No niegan los hechos, pero en su descargo alegan que padecen un trastorno de parafilia de tipo pedófilo. La Audiencia de Madrid inició ayer el juicio contra la red de pedófilos de Nanysex, uno de los casos de pederastia más espeluznantes y que mayor alarma han generado en España, ya que los cuatro imputados -uno de ellos natural de Ourense- grababan sus abusos a menores, algunos bebés, y los colgaban en Internet.

Álvaro Iglesias Gómez, Nanysex, el cabecilla del grupo y para quien el fiscal pide 39 años de cárcel, admitió en la primera jornada de la vista oral que entre 2002 y 2004 abusó de cinco niños de uno a dos años de edad mientras les cuidaba, valiéndose de su condición de canguro y que grabó y difundió las vejaciones en la red. En su descargo alegó un trastorno de parafilia de tipo pedófilo y se mostró dispuesto a someterse a una castración química.

En sentido similar se habría manifestado el ourensano José Gómez Cansino, de 26 años, acusado por el fiscal de sodomizar a dos niños de 6 años en la habitación que tenía alquilada en un piso de Vigo, según manifestó Manuel Daza, abogado de la acusación particular que ejercita la madre de uno de los menores víctimas de la red en Almería. "Se ha ratificado en todo lo que dijo en comisaría, excepto en que ahora niega que llegara a penetrar a uno de los niños con un dedo como admitió inicialmente. Al igual que hizo Álvaro Iglesias, expuso que simulaban la penetración", explicó el letrado tras la vista celebrada a puerta cerrada para preservar la identidad de los niños afectados.

El fiscal pide para el joven ourensano penas que suman 24 años de cárcel. En su escrito de acusación indica que "debido a que las madres de los menores los dejaban a su cuidado, por la confianza que les inspiraba", sodomizó a uno de los niños y le realizó tocamientos libidinosos, mientras que al otro, además de sodomizarlo, le realizó una felación y posteriormente se la realizaron mutuamente "sin que conste el empleo de violencia".

Eduardo Sánchez Moragues, para quien la Fiscalía pide 13 años y medio de cárcel, intervino en los vídeos en escenas con los niños desnudos realizándoles tocamientos de contenido sexual en una bañera. Los dos menores vigueses sufren secuelas, según la acusación pública por lo que propone que José Gómez indemnice con 120.000 euros a cada uno de ellos. Eduardo Sánchez Moragues debería indemnizarlos en 10.000 euros. El cuarto procesado es Antonio Olmos Marzal, para quien el fiscal solicita 10 años de cárcel por intercambiar y difundir los vídeos de pornografía infantil que grababan el resto del grupo.

Las acusaciones particulares ejercitadas por las familias de las víctimas elevan sensiblemente las penas de cárcel solicitadas, aunque coinciden con la Fiscalía en que el trastorno pedófilo que presentan estos tres imputados no les impide valorar sus acciones ni distinguir entre el bien y el mal.

"El hecho de apelar a este trastorno y de que Álvaro Iglesias se muestre dispuesto a la castración química es una simple estrategia de defensa. Su trastorno no les impide distinguir entre el bien y el mal, por eso yo pediré que cumplan en prisión la condena que les imponga el tribunal, y que después sean internados de por vida ya que la alteración que presentan no se cura y suponen un peligro para la sociedad. La castración química tampoco es la solución, depende de que se ponga una inyección cada cierto tiempo y no está demostrado que sea efectiva", explicaba Manuel Maza.

Abogados y magistrados salieron ayer de la sala duramente impactados. Las grabaciones de los abusos a los menores se proyectaban mientras los cuatro procesados declaraban. "Todos lo hicieron con gran frialdad, especialmente José Gómez y Álvaro Iglesias. Ni por un momento se derrumbaron ni mostraron arrepentimiento alguno", destacó Manuel Maza.