La Policía Nacional tuvo que asaltar el miércoles por la noche una vivienda de Matamá donde un joven con un brote de enajenación se había atrincherado y amenazaba con matar a su madre, a quien tomó como rehén, y después suicidarse si no se iban los médicos del 061 que habían acudido en su ayuda alertados por su trastorno.

Los hechos sucedieron sobre las nueve y media de la noche. Los efectivos del 061 acudieron para ayudar al joven, de unos 30 años de edad, pero éste se hizo con un cuchillo, se lo colocó a su madre en el cuello y amenazó a los médicos. Éstos abandonaron la vivienda y dieron aviso a la Policía. A la llegada de un coche patrulla, el joven comenzó a tirar enseres por la ventana, incluida la televisión de la vivienda: "La mato a ella y después me mato yo", gritaba según manifestaron a FARO testigos presenciales.

Ante el peligro real que suponía su estado, tanto para su madre como para él mismo, y la imposibilidad de convencerle de que depusiera su actitud, la comisaría viguesa puso en marcha el protocolo de reducción de enfermos mentales. Media docena de agentes pertrechados con medios coercitivos -chalecos antibala, cascos y escudos-, asaltaron la casa y redujeron al joven.

Su cometido no fue fácil, pues el hombre se había atrincherado en el domicilio familiar donde se hallaba sólo con su madre, una mujer mayor, y se había parapetado tras los enseres de distintas habitaciones. Algunos testigos explicaron que "fue una auténtica batalla campal, porque los policías tuvieron que ir abriendo todas las puertas de las habitaciones de la casa, ya que las había cerrado y colocado muebles para dificultarles el acceso".

Los agentes resolvieron en apenas 20 segundos la complicada situación y redujeron al joven sin que se produjeran heridos. Inicialmente el hombre, que la víspera había sido detenido por la Policía Local por un delito contra la seguridad vial al conducir por dirección prohibida y de forma temeraria, fue trasladado al Hospital Xeral de Vigo, desde lo enviaron al Nicolás Peña. Allí permanece a disposición judicial y una vez superado el brote de enajenación prestará declaración ante el juez de guardia que lleva el caso.