Alrededor de 3.000 personas, entre clientes de tres hoteles, vecinos de una docena de edificios y funcionarios del Ayuntamiento de Benidorm (Alicante) tuvieron que ser desalojados hoy después de que un camión cisterna cargado con 20.000 litros de gas propano chocara contra un puente en pleno centro de la ciudad y perdiera su carga. No se registraron heridos ni intoxicados gracias a la rápida respuesta de las fuerzas de seguridad que acordonaron la zona en un radio de más de un kilómetro hasta que pasó el peligro.

Los hechos ocurrieron sobre las 10.50 horas, según explicó el concejal de Seguridad, José Bañuls, quien relató que cuando el camión pasó por debajo de un puente en el centro de la populosa localidad costera alicantina rozó la válvula de cierre del gas, provocando el golpe su rotura. De este modo, la carga del vehículo, en total 20.000 litros de gas propano, comenzó a salir poniendo en peligro a los vecinos de la zona.

Fue entonces cuando efectivos de seguridad, tanto bomberos como Policía Nacional y Local, establecieron un perímetro de seguridad de más de un kilómetro y desalojaron en primer término cuatro edificios cercanos al lugar del incidente, en donde quedó 'atrapado' el camión. Ante la gran cantidad de gas que transportaba el vehículo siniestrado y las dimensiones de la fuga que presentaba, posteriormente se decidió desalojar también a clientes y empleados de tres hoteles, así como de ocho edificios más y el Consistorio alicantino.

Del mismo modo se ordenó a las personas desalojadas que a su vuelta abrieran las ventanas para airear las dependencias de sus casa o habitaciones y les advirtieron que no encendieran ningún aparato eléctrico o el gas. En este sentido, Bañuls intentó tranquilizar a los afectados e indicó que al ser gas propano la peligrosidad "es menor que si fuera butano", aunque apuntó que también es un "gas bastante volátil".

Todo acabó en dos horas

Finalmente, los bomberos consiguieron taponar la rotura de la cisterna del camión, que fue trasladado a las afueras de la ciudad, donde acudió otro vehículo para hacer el trasvase de la carga que le quedaba, tras lo cual todos los vecinos regresaron a sus viviendas, dos horas después de haber sido desalojados.

En el caso del Ayuntamiento, se les permitió a los funcionarios que volvieran a recoger sus pertenencias, sin embargo, dado que las características del edificio, que impedía que se pudiera ventilar en tan poco tiempo de forma adecuada, se decidió dar por terminada la jornada laboral.