El próximo 4 de septiembre se cumplirán cuatro años del crimen de María del Carmen Casal. El cadáver de esta viguesa apareció semidesnudo en un monte de la parroquia de Candeán, no muy lejos de su casa. Tenía 45 años. Mañana, tras una larga espera motivada en gran parte por una batalla legal de recursos que retrasó la instrucción del caso, su presunto asesino se sentará en el banquillo de los acusados. Comenzará por fin el juicio contra Juan Carlos L.E., el hombre al que muchos vieron merodear por la zona los días anteriores al crimen y que ahora se enfrenta a penas de hasta 45 años de cárcel. Los familiares de la víctima claman justicia: "No pedimos cadena perpetua ni pena de muerte; sólo que se cumpla lo que estipule el juez".

María del Carmen encontró la muerte en el camino que solía coger como atajo para llegar a la casa donde trabajaba. "Ella misma le llegó a comentar a un amigo que llevaba dos días viendo por allí a un hombre que no le gustaba nada", relata Ricardo León, cuñado de la víctima y presidente de la asociación Avidev. Ricardo está casado con la única hermana que tenía María del Carmen y considera positivo que el caso sea juzgado por un tribunal profesional, y no por un jurado, como solicitó la defensa. "Los jueces, con la ley en la mano y las pruebas, verán a un frío asesino", afirma. A un tribunal popular, añade, se le podría tocar "la fibra sensible". "Se les puede hacer creer que se trata de un `pobrecito loco´ y es todo lo contrario", concreta.

Espera que no haya más retrasos en el juicio. "En septiembre se cumplen cuatro años y él no puede estar más de este tiempo en prisión provisional; ¡quedaría en la calle!", advierte Ricardo, que fue el que tuvo que pasar por el duro trance de reconocer el cadáver de su cuñada. "Eso fue muy doloroso y estos días también lo son; además, en el juicio saldrán a la luz muchos detalles que no sabemos...", dice este hombre, que indica que su esposa Teresa estaba "muy unida" a la fallecida. Las lágrimas apenas permiten hablar a esta mujer: "Era maravillosa".

Ricardo recuerda que Carmen dio su vida por su familia. "Cuidaba de sus dos hijos y de sus padres". Estos dos jóvenes viven ahora con su abuelo. La madre de María del Carmen, que estaba en silla de ruedas, falleció apenas un mes después que ella: "Cuando le tuvimos que decir que a su hija la habían matado no levantó cabeza; eso influyó en su muerte".